Sociedad Biblica Argentina

Viernes 4 de abril: Marcos 3:1-19

Texto(s) de la Biblia

San Marcos 2

Jesús sana a un paralítico

1Algunos días después, Jesús volvió a Cafarnaún. En cuanto se supo que estaba en la casa,

2se juntó mucha gente, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta, mientras él les predicaba la palabra.

3Llegaron entonces cuatro hombres que cargaban a un paralítico.

4Como no podían acercarse a Jesús por causa de la multitud, quitaron parte del techo donde estaba Jesús, hicieron una abertura, y por ahí bajaron la camilla en la que estaba acostado el paralítico.

5Cuando Jesús vio la fe de ellos, le dijo al paralítico: «Hijo, los pecados te son perdonados.»

6Algunos de los escribas que estaban allí sentados, se decían a sí mismos:

7«¿Qué es lo que dice este? ¡Está blasfemando! ¿Quién puede perdonar pecados? ¡Nadie sino Dios!»

8Enseguida Jesús se dio cuenta de lo que estaban pensando, así que les preguntó: «¿Qué es lo que cavilan en su corazón?

9¿Qué es más fácil? ¿Que le diga al paralítico: “Tus pecados te son perdonados”, o que le diga: “Levántate, toma tu camilla y anda”?

10Pues para que ustedes sepan que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados, este le dice al paralítico:

11“Levántate, toma tu camilla, y vete a tu casa.”»

12Enseguida el paralítico se levantó, tomó su camilla y salió delante de todos, que se quedaron asombrados y glorificando a Dios, al tiempo que decían: «¡Nunca hemos visto nada parecido!»

Llamamiento de Leví

13Después Jesús volvió a la orilla del lago. Y toda la gente se le acercaba, y él les enseñaba.

14De paso vio a Leví hijo de Alfeo, que estaba sentado donde se cobraban los impuestos, y le dijo: «Sígueme». Y Leví se levantó y lo siguió.

15Y sucedió que mientras Jesús estaba sentado a la mesa, en la casa de Leví, también muchos cobradores de impuestos y pecadores se sentaron a la mesa con Jesús y sus discípulos, pues ya eran muchos los que lo seguían.

16Cuando los escribas y los fariseos lo vieron comer con cobradores de impuestos y con pecadores, les preguntaron a los discípulos: «¿Cómo? ¿Este come y bebe con cobradores de impuestos y con pecadores?»

17Jesús los oyó, y les dijo: «No son los sanos los que necesitan de un médico, sino los enfermos. Y yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.»

La pregunta sobre el ayuno

18Los discípulos de Juan y los fariseos estaban ayunando, así que algunos fueron a preguntarle: «¿Por qué los discípulos de Juan y de los fariseos ayunan, y tus discípulos no?»

19Jesús les dijo: «¿Acaso pueden ayunar los invitados a una boda, mientras el novio está con ellos? ¡Claro que no, mientras el novio esté presente!

20Pero vendrá el día en que el novio les será quitado, y entonces sí, ese día ayunarán.

21Nadie remienda un vestido viejo con un paño de tela nueva, porque la tela nueva estira la tela vieja y la rotura se hace peor.

22Ni tampoco se echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino nuevo revienta los odres, y entonces el vino se derrama y los odres se echan a perder. Más bien, el vino nuevo debe echarse en odres nuevos.»

Los discípulos espigan en el día de reposo

23Un día de reposo, mientras Jesús pasaba por los sembrados, sus discípulos comenzaron a arrancar espigas a su paso.

24Entonces los fariseos le dijeron: «¡Fíjate! ¿Por qué hacen estos en el día de reposo lo que no está permitido hacer?»

25Jesús les respondió: «¿Nunca leyeron lo que hizo David con sus acompañantes, en aquella ocasión en que tuvieron hambre?

26Pues entró en la casa de Dios y comió los panes de la proposición, que solo a los sacerdotes les es permitido comer, ¡y hasta los compartió con sus acompañantes! En aquel tiempo Abiatar era el sumo sacerdote.»

27También les dijo: «El día de reposo se hizo por causa del género humano, y no el género humano por causa del día de reposo.

28De modo que el Hijo del Hombre es también Señor del día de reposo.»

San Marcos 3

El hombre de la mano atrofiada

1Jesús volvió a visitar la sinagoga, y allí se encontró con un hombre que tenía una mano atrofiada.

2Algunos lo vigilaban, para ver si sanaba al hombre en el día de reposo y así poder acusarlo.

3Jesús le dijo al hombre con la mano atrofiada: «Levántate, y ponte en medio.»

4A los demás les preguntó: «¿Qué está permitido hacer en los días de reposo? ¿El bien, o el mal? ¿Salvar una vida, o quitar la vida?» Ellos guardaron silencio.

5Jesús los miró con enojo y tristeza, al ver la dureza de sus corazones. Entonces dijo al hombre: «Extiende la mano.» El hombre la extendió, y su mano quedó sana.

6Tan pronto como los fariseos salieron, empezaron a conspirar con los herodianos para matar a Jesús.

La multitud a la orilla del lago

7Jesús se retiró al lago con sus discípulos, y mucha gente de Galilea y de Judea lo siguió

8al enterarse de todo lo que hacía. También acudieron a él muchos de Jerusalén, de Idumea y del otro lado del Jordán, así como de los alrededores de Tiro y de Sidón.

9Por causa del gentío, y para evitar que lo apretujaran, Jesús pidió a sus discípulos tener siempre lista una barca;

10y es que, como había sanado a muchos, todos los que tenían plagas querían tocarlo y se lanzaban sobre él.

11Cuando los espíritus impuros lo veían, se arrodillaban delante de él y a gritos le decían: «¡Tú eres el Hijo de Dios!»

12Pero él les exigía con toda firmeza que no revelaran quién era él.

Elección de los doce apóstoles

13Después Jesús subió a un monte y llamó a los que él quiso, y ellos se reunieron con él.

14A doce de ellos los designó para que estuvieran con él, para enviarlos a predicar,

15y para que tuvieran el poder de expulsar demonios.

16Estos doce eran: Simón, a quien puso por nombre «Pedro»;

17Jacobo y su hermano Juan, hijos de Zebedeo, a quienes les puso por nombre «Boanerges», que significa: «Hijos del trueno»;

18Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Jacobo hijo de Alfeo, Tadeo, Simón el cananista,

19y Judas Iscariote, que fue quien lo traicionó.

San Marcos 2:1-3:19RVRCAbrir en el lector de la Biblia

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