Sociedad Biblica Argentina

UN AÑO DE BUENAS NOTICIAS 276

Texto(s) de la Biblia

Santiago 3

La lengua

1Hermanos míos, no se convierta la mayoría de ustedes en maestros. Bien saben que el juicio que recibiremos será mayor.

2Todos cometemos muchos errores. Quien no comete errores en lo que dice, es una persona perfecta, y además capaz de dominar todo su cuerpo.

3A los caballos les ponemos un freno en la boca, para que nos obedezcan, y así podemos controlar todo su cuerpo.

4Y fíjense en los barcos: Aunque son muy grandes e impulsados por fuertes vientos, son dirigidos por un timón muy pequeño, y el piloto los lleva por donde quiere.

5Así es la lengua. Aunque es un miembro muy pequeño, se jacta de grandes cosas. ¡Vean qué bosque tan grande puede incendiarse con un fuego tan pequeño!

6Y la lengua es fuego; es un mundo de maldad. La lengua ocupa un lugar entre nuestros miembros, pero es capaz de contaminar todo el cuerpo; si el infierno la prende, puede inflamar nuestra existencia entera.

7La gente puede domesticar y, en efecto, ha domesticado, toda clase de bestias, aves, serpientes y animales marinos,

8pero nadie puede domesticar a la lengua. Esta es un mal indómito, que rebosa de veneno mortal.

9Con la lengua bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los seres humanos, que han sido creados a imagen de Dios.

10De la misma boca salen bendiciones y maldiciones. Hermanos míos, ¡esto no puede seguir así!

11¿Acaso de una misma fuente puede brotar agua dulce y agua amarga?

12No es posible, hermanos míos, que la higuera dé aceitunas, o que la vid dé higos. Ni tampoco puede ninguna fuente dar agua salada y agua dulce.

La sabiduría de lo alto

13¿Quién de ustedes es sabio y entendido? Demuéstrelo con su buena conducta, y por medio de actos realizados con la humildad propia de la sabiduría.

14Pero si ustedes abrigan en su corazón amargura, envidia y rivalidad, no tienen de qué presumir y están falseando la verdad.

15Esta clase de sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino que es terrenal, estrictamente humana, y diabólica.

16Pues donde hay envidias y rivalidades, allí hay confusión y toda clase de mal.

17Pero la sabiduría que viene de lo alto es, ante todo, pura, y además pacífica, amable, benigna, llena de compasión y de buenos frutos, ecuánime y genuina.

18Y el fruto de la justicia se siembra en paz para los que trabajan por la paz.

Santiago 4

La amistad con el mundo

1¿De dónde vienen las guerras y las peleas entre ustedes? ¿Acaso no vienen de sus pasiones, las cuales luchan dentro de ustedes mismos?

2Si ustedes desean algo, y no lo obtienen, entonces matan. Si arden de envidia y no consiguen lo que desean, entonces discuten y luchan. Pero no obtienen lo que desean, porque no piden;

3y cuando piden algo, no lo reciben porque lo piden con malas intenciones, para gastarlo en sus propios placeres.

4¡Ay, gente adúltera! ¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Todo aquel que quiera ser amigo del mundo, se declara enemigo de Dios.

5No crean que la Escritura dice en vano: «Ardientemente nos desea el Espíritu que él ha hecho habitar en nosotros.»

6Pero la gracia que él nos da es mayor. Por eso dice: «Dios se opone a los soberbios, y da gracia a los humildes.»

7Por lo tanto, sométanse a Dios; opongan resistencia al diablo, y él huirá de ustedes.

8Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes. ¡Límpiense las manos, pecadores! Y ustedes, los de doble ánimo, ¡purifiquen su corazón!

9¡Lloren, aflíjanse, hagan lamentos! ¡Conviertan su risa en llanto, y su alegría en tristeza!

10¡Humíllense ante el Señor, y él los exaltará!

No juzguen a los hermanos

11Hermanos, no hablen mal los unos de los otros. El que habla mal del hermano y lo juzga, habla mal de la ley y juzga a la ley. Y si tú juzgas a la ley, te eriges en juez de la ley, y no en alguien que debe cumplirla.

12La ley la ha dado Uno solo, el cual tiene poder para salvar y destruir. Pero tú, ¿quién eres para juzgar a tu prójimo?

Nada sabemos del mañana

13Ahora escuchen con cuidado, ustedes los que dicen: «Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad, y estaremos allá un año, y haremos negocios, y ganaremos dinero.»

14¡Si ni siquiera saben cómo será el día de mañana! ¿Y qué es la vida de ustedes? Es como la neblina, que en un momento aparece, y luego se evapora.

15Lo que deben decir es: «Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello.»

16Pero ustedes se jactan con arrogancia, y toda jactancia de este tipo es mala.

17El que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, comete pecado.

Santiago 3:1-4:17RVRCAbrir en el lector de la Biblia

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