Sociedad Biblica Argentina

UN AÑO DE BUENAS NOTICIAS 247

Texto(s) de la Biblia

Hechos 9

Saulo escapa de los judíos

23Después de algún tiempo los judíos se reunieron en consejo y resolvieron matarlo,

24así que día y noche hacían guardia a la entrada de la ciudad para matarlo. Pero Pablo se enteró de sus planes,

25y una noche los discípulos lo pusieron dentro de una canasta y lo bajaron por la muralla de la ciudad.

Saulo en Jerusalén

26Cuando Saulo llegó a Jerusalén, tuvo la intención de reunirse con los discípulos; pero todos le tenían miedo porque no creían que fuera uno de ellos.

27Entonces Bernabé se encargó de llevar a Saulo ante los apóstoles, y allí les contó cómo Saulo había visto al Señor en el camino, cómo había hablado con él, y con qué valor había predicado en Damasco en el nombre de Jesús.

28Desde entonces Pablo pudo quedarse en Jerusalén con los apóstoles, y entraba y salía de la ciudad,

29y hablaba con los griegos y debatía con ellos, pero estos trataban de matarlo.

30Cuando los hermanos supieron esto, lo llevaron hasta Cesarea y lo enviaron a Tarso.

31Mientras tanto, las iglesias en toda Judea, Galilea y Samaria vivían en paz y eran edificadas en el temor del Señor, y su número iba en aumento por la fuerza del Espíritu Santo.

Curación de Eneas

32Pedro visitaba a todos los hermanos, así que también visitó a los santos que vivían en Lida.

33Allí había un hombre llamado Eneas, que tenía ocho años de estar en cama, pues era paralítico.

34Cuando Pedro lo vio, le dijo: «Eneas, Jesucristo te ha sanado. Levántate y arréglate.» Y Eneas se levantó enseguida.

35Al ver esto, los habitantes de Lida y de Sarón se convirtieron al Señor.

Resurrección de Dorcas

36En Jope había una discípula llamada Tabitá, es decir, Dorcas. Tabitá siempre hacía muchas buenas obras y ayudaba mucho a la gente pobre.

37Pero sucedió que en esos días se enfermó y murió. Entonces lavaron su cadáver, y luego lo pusieron en una sala.

38Como Lida estaba cerca de Jope, los discípulos supieron que Pedro estaba allí; entonces enviaron a dos hombres para pedirle que fuera a Jope urgentemente.

39Pedro se levantó y se fue con ellos. Cuando llegó, lo llevaron a la sala. Allí, todas las viudas lo rodearon y, mientras lloraban, le mostraron las túnicas y los vestidos que Dorcas había hecho cuando vivía.

40Entonces Pedro pidió que salieran todos; luego se puso de rodillas y, dirigiéndose al cuerpo, oró y dijo: «Tabitá, ¡levántate!» Ella abrió los ojos y, cuando vio a Pedro, se puso de pie.

41Pedro le dio la mano y la levantó; luego llamó a los santos y a las viudas, y les entregó viva a Tabitá.

42Esto llegó a saberse en toda Jope, y muchos creyeron en el Señor.

43Durante muchos días Pedro se quedó en Jope, en la casa de un curtidor llamado Simón.

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