25En cuanto a los solteros y las solteras, no tengo un mandamiento del Señor; simplemente doy mi opinión como alguien que, por la misericordia del Señor, es digno de confianza.
26Ante la situación apremiante, soy del parecer de que es mejor que cada uno se quede como está.
27¿Estás casado? No trates de separarte. ¿Eres soltero? No busques casarte.
28Aunque, si te casas, no pecas; y si alguna joven soltera se casa, tampoco peca. Sin embargo, los que se casan tendrán que enfrentar sufrimientos, y yo quisiera evitárselos.
29Pero quiero decirles, hermanos, que el tiempo se acorta; por lo tanto, el que tiene esposa debe vivir como si no la tuviera;
30el que llora, como si no llorara; el que se alegra, como si no se alegrara; el que compra, como si no tuviera nada;
31y el que disfruta de este mundo, como si no lo disfrutara; porque el mundo que conocemos está por desaparecer.
32Yo quisiera verlos libres de preocupaciones. El soltero se preocupa de servir al Señor, y de cómo agradarlo.
33Pero el casado se preocupa de las cosas del mundo, y de cómo agradar a su esposa.
34También hay diferencia entre la mujer casada y la joven soltera. La joven soltera se preocupa de servir al Señor y de ser santa, tanto en cuerpo como en espíritu. Pero la mujer casada se preocupa de las cosas del mundo, y de cómo agradar a su esposo.
35Esto lo digo para el provecho de ustedes; no para ponerles trabas sino para que vivan en honestidad y decencia, y para que se acerquen al Señor sin ningún impedimento.
36Pero si alguno piensa que es impropio que su hija continúe siendo soltera después de cierta edad, que haga lo que quiera. Con eso no peca. Que se case.
37El que está plenamente convencido, y no se siente obligado y es dueño de su propia voluntad, y decide que su hija no se case, hace bien.
38De manera que quien permite que su hija se case, hace bien; y quien prefiere que no se case, hace mejor.
39De acuerdo con la ley, la mujer casada está ligada a su esposo mientras este vive; pero si su esposo muere, queda en libertad de casarse con quien quiera, con tal de que sea en el Señor.
40Pero, en mi opinión, ella sería más dichosa si se quedara como está; y creo que yo también tengo el Espíritu de Dios.