Sociedad Biblica Argentina

Viernes 5 de diciembre: Juan 4:1-26

Texto(s) de la Biblia

San Juan 4

Jesús y la mujer samaritana

1Cuando el Señor supo que los fariseos habían oído decir: «Jesús hace y bautiza más discípulos que Juan»

2(aunque en realidad Jesús no bautizaba, sino sus discípulos),

3salió de Judea, y se fue otra vez a Galilea.

4Le era necesario pasar por Samaria,

5así que fue a una ciudad llamada Sicar, la cual está junto a la heredad que Jacob le dio a su hijo José.

6Allí estaba el pozo de Jacob, y como Jesús estaba cansado del camino, se sentó allí, junto al pozo. Eran casi las doce del día.

7Una mujer de Samaria vino a sacar agua, y Jesús le dijo: «Dame de beber.»

8Y es que sus discípulos habían ido a la ciudad para comprar de comer.

9La samaritana le dijo: «¿Y cómo es que tú, que eres judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?» Y es que los judíos y los samaritanos no se tratan entre sí.

10Jesús le respondió: «Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: “Dame de beber”; tú le pedirías a él, y él te daría agua viva.»

11La mujer le dijo: «Señor, no tienes con qué sacar agua, y el pozo es hondo. Así que, ¿de dónde tienes el agua viva?

12¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados?»

13Jesús le respondió: «Todo el que beba de esta agua, volverá a tener sed;

14pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás. Más bien, el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que fluya para vida eterna.»

15La mujer le dijo: «Señor, dame de esa agua, para que yo no tenga sed ni venga aquí a sacarla.»

16Jesús le dijo: «Ve a llamar a tu marido, y luego vuelve acá.»

17La mujer le dijo: «No tengo marido.» Jesús le dijo: «Haces bien en decir que no tienes marido,

18porque ya has tenido cinco maridos, y el que ahora tienes no es tu marido. Esto que has dicho es verdad.»

19La mujer le dijo: «Señor, me parece que tú eres profeta.

20Nuestros padres adoraron en este monte, y ustedes dicen que el lugar donde se debe adorar es Jerusalén.»

21Jesús le dijo: «Créeme, mujer, que viene la hora cuando ni en este monte ni en Jerusalén adorarán ustedes al Padre.

22Ustedes adoran lo que no saben; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos.

23Pero viene la hora, y ya llegó, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre busca que lo adoren tales adoradores.

24Dios es Espíritu; y es necesario que los que lo adoran, lo adoren en espíritu y en verdad.»

25Le dijo la mujer: «Yo sé que el Mesías, llamado el Cristo, ha de venir; y que cuando él venga nos explicará todas las cosas.»

26Jesús le dijo: «Yo soy, el que habla contigo.»

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