Sociedad Biblica Argentina

Viernes 15 de agosto: Lucas 22:1-38

Texto(s) de la Biblia

San Lucas 22

El complot para matar a Jesús

1Se acercaba la fiesta de los panes sin levadura, que se llama la pascua.

2Los principales sacerdotes y los escribas buscaban la manera de matar a Jesús, pero le tenían miedo al pueblo.

3Entonces Satanás entró en Judas, uno de los doce, al que llamaban Iscariote,

4y este fue a hablar con los principales sacerdotes y con los jefes de la guardia, para acordar con ellos cómo les entregaría a Jesús.

5Ellos se alegraron, y acordaron darle dinero.

6Judas aceptó y comenzó a buscar el mejor momento de entregarles a Jesús sin que el pueblo lo supiera.

Institución de la Cena del Señor

7Llegó el día de los panes sin levadura, cuando es necesario sacrificar el cordero de la pascua.

8Jesús envió a Pedro y a Juan con estas instrucciones: «Vayan a preparar todo para que comamos la pascua.»

9Ellos le preguntaron: «¿Dónde quieres que hagamos los preparativos?»

10Jesús les dijo: «Al entrar en la ciudad, verán ustedes a un hombre que lleva un cántaro de agua; síganlo hasta la casa donde entre,

11y díganle al dueño de la casa: “El Maestro pregunta dónde está el aposento en donde comerá la pascua con sus discípulos.”

12Entonces él les mostrará un gran aposento alto, ya dispuesto. Hagan allí los preparativos.»

13Los discípulos partieron, y encontraron todo tal y como Jesús se lo había dicho, y prepararon la pascua.

14Cuando llegó la hora, Jesús se sentó a la mesa, y los apóstoles se sentaron con él.

15Entonces les dijo: «¡Cómo he deseado comer con ustedes esta pascua, antes de que padezca!

16Porque yo les digo que no volveré a comerla hasta su cumplimiento en el reino de Dios.»

17Y Jesús tomó la copa, dio gracias y dijo: «Tomen esto, y repártanlo entre ustedes;

18porque yo les digo que no volveré a beber del fruto de la vid hasta que venga el reino de Dios.»

19Luego tomó el pan, lo partió, dio gracias y les dio, al tiempo que decía: «Esto es mi cuerpo, que por ustedes es entregado; hagan esto en memoria de mí.»

20De igual manera, después de haber cenado tomó la copa y les dijo: «Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por ustedes va a ser derramada.

21Pero sepan que la mano del que me va a traicionar está sobre esta mesa, conmigo.

22A decir verdad, el Hijo del Hombre va, según lo que está determinado; pero ¡ay de aquel que lo va a traicionar!»

23Ellos comenzaron a preguntarse unos a otros, quién de ellos sería capaz de hacer esto.

La grandeza en el servicio

24Además, los discípulos tuvieron una discusión en cuanto a quién de ellos sería el mayor.

25Pero Jesús les dijo: «Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que tienen autoridad sobre ellas son llamados benefactores;

26pero entre ustedes no debe ser así, sino que el mayor entre ustedes tiene que hacerse como el menor; y el que manda tiene que actuar como el que sirve.

27Porque, ¿quién es mayor? ¿El que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿Acaso no es el que se sienta a la mesa? Sin embargo, yo estoy entre ustedes como el que sirve.

28»Pero son ustedes los que han permanecido conmigo en mis pruebas.

29Por tanto, yo les asigno un reino, así como mi Padre me lo asignó a mí,

30para que en mi reino coman y beban a mi mesa, y se sienten en tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.»

Jesús anuncia la negación de Pedro

31El Señor dijo también: «Simón, Simón, Satanás ha pedido sacudirlos a ustedes como si fueran trigo;

32pero yo he rogado por ti, para que no te falte la fe. Y tú, cuando hayas vuelto, deberás confirmar a tus hermanos.»

33Pedro le dijo: «Señor, no solo estoy dispuesto a ir contigo a la cárcel, sino también a la muerte.»

34Y Jesús le dijo: «Pedro, te aseguro que el gallo no cantará hoy antes de que tú hayas negado tres veces que me conoces.»

Bolsa, alforja y espada

35Luego Jesús les preguntó: «Cuando los envié sin bolsa, sin alforja y sin calzado, ¿les faltó algo?» Ellos respondieron: «Nada.»

36Entonces Jesús les dijo: «Pues ahora, el que tenga bolsa, que la tome, junto con la alforja. Y el que no tenga espada, que venda su capa y se compre una.

37Porque yo les digo que todavía se tiene que cumplir en mí aquello que está escrito: “Y fue contado entre los pecadores”. Porque lo que está escrito acerca de mí, tiene que cumplirse.»

38Ellos le dijeron: «Señor, ¡aquí hay dos espadas!» Y Jesús respondió: «¡Basta!»

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