Navidad - Día 9
Texto(s) de la Biblia
Gálatas 3
San Juan 1
La Palabra hecha carne
HIJOS DE DIOS
La humildad, la vulnerabilidad, el rechazo y el desconocimiento no fueron impuestos sobre nuestro Salvador. El Señor se hizo siervo porque se deleitó en mostrar su gran amor, aunque ninguno de nosotros lo merecíamos. El Creador tocó a los que eran considerados intocables y los sanó, restaurando el orden que el pecado robó a la creación. El sustentador fue afligido hasta la muerte, experimentando en carne propia la debilidad y el sufrimiento como nuestro sumo sacerdote. El Rey se puso de rodillas y lavó los pies de quienes lo traicionarían. El que amó al mundo, lo escuchó gritar «¡crucifícalo!» (Lc 23:21). El que nos conoce desde la eternidad, el que mira las profundidades más oscuras de nuestros corazones pecaminosos, fue a la cruz y dijo «consumado es» para pagar por nuestra maldad (Jn 19:30).
¿Habrá un amor mayor que este?
El sacrificio del Hijo es lo que hoy nos permite ser llamados hijos. La vida perfecta, muerte sacrificial y resurrección victoriosa de Cristo nos ha dado el derecho de correr hacia Dios y ser abrazados por el Padre. No se trata de lo bien que nos portamos o lo mucho que nos esforzamos. Se trata de quien Jesús es y lo que Él ha hecho a nuestro favor.
Hoy podemos caminar como lo que Cristo nos dio el derecho de llegar a ser. Deja de huir y mirar tu insuficiencia. Contempla la suficiencia del Creador y Sustentador; contempla la suficiencia del Rey que te conoce y te ama.
*Este es un fragmento adaptado del ebook: Noticias de gran gozo: 25 reflexiones para celebrar el Adviento. (2021, Coalición por el Evangelio), editado por Josué Barrios. Usado con permiso.