141RECIBID al
1 Co. 8.9,11
xlaco en la fe, pero no para contiendas de disputas.
2Porque uno cree que se ha de comer de todas cosas: otro que es débil, come legumbres.
3El que come, no menosprecie al que no come: y
el que no come, no juzgue al que come; porque Dios le ha levantado.
4¿Tú quién eres que juzgas al siervo ajeno? para su señor está en pie, ó cae: mas se afirmará; que poderoso es el Señor para afirmarle.
5Uno hace diferencia
entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté asegurado en su ánimo.
6El que hace caso del día, háce lo para el Señor: y el que no hace caso del día, no lo hace para el Señor. El que come, come para el Señor, porque
da gracias á Dios; y el que no come, no come para el Señor, y da gracias á Dios.
7Porque
ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí.
8Que si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así que, ó que vivamos, ó que muramos, del Señor somos.
9Porque Cristo para esto
murió, y resucitó, y volvió á vivir, para ser
Señor así de los muertos como de los que viven.
10Mas tú ¿por qué juzgas á tu hermano? ó tú también, ¿por qué menosprecias á tu hermano?
porque todos hemos de estar ante el tribunal de Cristo.
11Porque escrito está:
Vivo yo, dice el Señor, que á mí se doblará toda rodilla,
Y toda lengua confesará á Dios.
12De manera que,
cada uno de nosotros dará á Dios razón de sí.
13Así que, no juzguemos más los unos de los otros: antes bien juzgad de
no poner tropiezo ó escándalo al hermano.
14Yo sé, y confío en el Señor Jesús,
que de suyo nada hay inmundo: mas
a aquel que piensa alguna cosa ser inmunda, para él es inmunda.
15Empero si por causa de la comida tu hermano es contristado, ya no andas conforme á la caridad.
No arruines con tu comida á aquél por el cual Cristo murió.
16No sea pues blasfemado vuestro bien:
17Que el reino
de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo por el Espíritu Santo.
18Porque el que en esto sirve á Cristo, agrada á Dios, y es acepto á los hombres.
19Así que,
sigamos lo que hace á la paz, y á la
edificación de los unos á los otros.
20No destruyas la obra de Dios por causa de la comida.
Todas las cosas á la verdad son limpias:
mas malo es al hombre que come con escándalo.
21Bueno es no comer carne,
ni beber vino, ni nada en que tu hermano tropiece, ó se ofenda ó sea debilitado.
22¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena á sí mismo con lo que aprueba.
23Mas el que hace diferencia, si comiere, es condenado, porque no comió por fe: y todo lo que no es de fe, es pecado.