181Y
DESPUÉS de estas cosas vi otro ángel descender del cielo teniendo grande potencia;
y la tierra fué alumbrada de su gloria.
2Y clamó con fortaleza en alta voz, diciendo:
Is. 21.9
Caída es, caída es la grande Babilonia, y es hecha
habitación de demonios, y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de
todas aves sucias y aborrecibles.
3Porque todas las gentes
17.2
han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella,
y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites.
4Y oí otra voz del cielo, que decía:
Salid de ella, pueblo mío, porque no seáis participantes de sus pecados, y que no recibáis de sus plagas;
5Porque sus
pecados han llegado hasta el cielo, y
Dios se ha acordado de sus maldades.
6Tornadle á dar
como ella os ha dado, y pagadle al doble según sus obras;
17.4
en el cáliz que ella os dió á beber, dadle á beber doblado.
7
Cuanto ella se ha glorificado, y ha estado en deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su corazón:
Yo estoy sentada reina, y no soy viuda, y no veré llanto.
8Por lo cual en un día vendrán sus plagas, muerte, llanto y hambre,
y será quemada con fuego;
porque el Señor Dios es fuerte, que la juzgará.
9Y llorarán y
se lamentarán sobre ella
los reyes de la tierra, los cuales han fornicado con ella y han vivido en deleites,
cuando ellos vieren el humo de su incendio,
10Estando lejos por el temor de su tormento, diciendo:
¡Ay, ay, de aquella gran ciudad de Babilonia, aquella fuerte ciudad; porque en una hora vino tu juicio!
11Y
los mercaderes de la tierra lloran y se lamentan sobre ella, porque ninguno compra más sus mercaderías:
12Mercadería de oro, y de plata, y de piedras preciosas, y de margaritas, y de lino fino, y de escarlata, y de seda, y de grana, y de toda madera olorosa, y de todo vaso de marfil, y de todo vaso de madera preciosa, y de cobre, y de hierro, y de mármol;
13Y canela, y olores, y ungüentos, y de incienso, y de vino, y de aceite; y flor de harina y trigo, y de bestias, y de ovejas; y de caballos, y de carros, y de siervos, y
de almas de hombres.
14Y los frutos del deseo de tu alma se apartaron de ti; y todas las cosas gruesas y excelentes te han faltado, y nunca más las hallarás.
15Los mercaderes de estas cosas,
que se han enriquecido, se pondrán lejos de ella por el temor de su tormento, llorando y lamentando,
16Y diciendo: ¡Ay, ay, aquella gran ciudad, que estaba vestida de lino fino, y de escarlata, y de grana, y estaba dorada con oro, y adornada de piedras preciosas y de perlas!
17Porque en una hora han sido desoladas tantas riquezas. Y
todo patrón, y todos los que viajan en naves, y marineros, y todos los que trabajan en el mar, se estuvieron lejos;
18Y
viendo el humo de su incendio, dieron voces, diciendo:
¿Qué ciudad era semejante á esta gran ciudad?
19Y
echaron polvo sobre sus cabezas; y dieron voces, llorando y lamentando, diciendo: ¡Ay, ay, de aquella gran ciudad, en la cual todos los que tenían navíos en la mar se habían enriquecido de sus riquezas; que en una hora ha sido desolada!
20Alégrate sobre ella,
cielo, y vosotros, santos, apóstoles, y profetas;
porque Dios ha vengado vuestra causa en ella.
21Y un ángel fuerte
tomó una piedra como una grande piedra de molino, y la echó en la mar, diciendo:
Con tanto ímpetu será derribada Babilonia, aquella grande ciudad, y nunca jamás será hallada.
22Y
voz de tañedores de arpas, y de
músicos, y de tañedores de flautas y de trompetas, no será más oída en ti; y todo artífice de cualquier oficio, no será más hallado en ti;
y el sonido de muela no será más en ti oído:
23Y luz de antorcha no alumbrará más en ti;
y voz de esposo ni de esposa no será más en ti oída; porque
tus mercaderes eran los magnates de la tierra;
porque en tus hechicerías todas las gentes han errado.
24Y
en ella fué hallada la sangre de los profetas y de los santos, y de todos los que
han sido muertos en la tierra.