Para Salomón.
721OH Dios, da tus juicios al rey,
Y
tu justicia al hijo del rey.
2
El juzgará tu pueblo con justicia,
Y tus afligidos con juicio.
3
Los montes llevarán paz al pueblo,
Y los collados justicia.
4Juzgará los afligidos del pueblo,
Salvará los hijos del menesteroso,
Y quebrantará al violento.
5Temerte han mientras duren
el sol
Y la luna, por generación de generaciones.
6
Descenderá como la lluvia sobre la hierba cortada;
Como el rocío que destila sobre la tierra.
7
Florecerá en sus día justicia,
Y muchedumbre de paz, hasta que no haya luna.
8
Y dominará de mar á mar,
Y desde el río hasta los cabos de la tierra.
9
Delante de él se postrarán los Etiopes;
Y
sus enemigos lamerán la tierra.
10
Los reyes de Tharsis y
de las islas traerán presentes:
Los reyes de
Sheba y de
Seba ofrecerán dones.
11Y arrodillarse han á él todos los reyes;
Le servirán todas las gentes.
12Porque él librará al menesteroso que clamare,
Y al afligido que no tuviere quien le socorra.
13Tendrá misericordia del pobre y del menesteroso,
Y salvará las almas de los pobres.
14De engaño y de violencia redimirá sus almas:
Y la sangre de ellos será preciosa en sus ojos.
15Y vivirá, y darásele del oro de Seba;
Y oraráse por él continuamente;
Todo el día se le bendecirá.
16Será echado un puño de grano en tierra, en las cumbres de los montes;
Su fruto hará ruido como el Líbano,
Y los de la ciudad florecerán
como la hierba de la tierra.
17
Será su nombre para siempre,
Perpetuaráse su nombre mientras el sol dure:
Y benditas serán en él todas las gentes:
Llamarlo han bienaventurado.
18
Bendito Jehová Dios, el Dios de Israel,
Que solo hace maravillas.
19Y bendito su nombre glorioso para siempre:
Y toda la tierra sea llena de su gloria.
Amén y Amén.
20Acábanse las oraciones de David, hijo de Isaí.
Salmo de Asaph.
731CIERTAMENTE bueno es Dios á Israel,
A los limpios de corazón.
2Mas yo, casi se deslizaron mis pies;
Por poco resbalaron mis pasos.
3
Porque tuve envidia de los insensatos,
Viendo la prosperidad de los impíos.
4Porque no hay ataduras para su muerte;
Antes su fortaleza está
entera.
5No están ellos en el trabajo humano;
Ni son azotados con los otros hombres.
6Por tanto soberbia los corona:
Cúbrense de vestido de violencia.
7Sus ojos están salidos de gruesos:
Logran con creces los antojos del corazón.
8Soltáronse, y hablan con maldad de hacer violencia;
Hablan con altanería.
9Ponen en el cielo su boca,
Y su lengua pasea la tierra.
10Por eso su pueblo vuelve aquí,
Y aguas de lleno les son exprimidas.
11Y dicen:
¿Cómo sabe Dios?
¿Y hay conocimiento en lo alto?
12He aquí estos impíos,
Sin ser turbados del mundo, alcanzaron riquezas.
13
Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón,
Y lavado mis manos en inocencia;
14Pues he sido azotado todo el día,
Y empezaba mi castigo por las mañanas.
15Si dijera yo, Discurriré de esa suerte;
He aquí habría negado la nación de tus hijos:
16Pensaré pues para saber esto:
Es á mis ojos duro trabajo,
17Hasta
que venido al santuario de Dios,
Entenderé
la postrimería de ellos.
18Ciertamente
los has puesto en deslizaderos;
En asolamientos los harás caer.
19¡Cómo han sido asolados! ¡cuán en un punto!
Acabáronse, fenecieron con turbaciones.
20
Como sueño del que despierta,
Así, Señor,
cuando despertares, menospreciarás sus apariencias.
21Desazonóse á la verdad mi corazón,
Y en mis riñones sentía punzadas.
22
Mas yo era ignorante, y no entendía:
Era como una bestia acerca de ti.
23Con todo, yo siempre estuve contigo:
Trabaste de mi mano derecha.
24
Hasme guiado según tu consejo,
Y
después me recibirás en gloria.
25
¿A quién tengo yo en los cielos?
Y fuera de ti nada deseo en la tierra.
26
Mi carne y mi corazón desfallecen:
Mas la roca de mi corazón y
mi porción es Dios para siempre.
27Porque he aquí, los que se alejan de ti perecerán:
Tú cortarás á todo aquel
que fornicando, de ti se aparta.
28Y en cuanto á mí, el
acercarme á Dios es el bien:
He puesto en el Señor Jehová mi esperanza,
Para contar todas tus obras.
Masquil de Asaph.
741¿POR qué, oh Dios,
nos has desechado para siempre?
¿Por qué ha
humeado tu furor contra las
ovejas de tu dehesa?
2Acuérdate de tu congregación,
que adquiriste de antiguo,
Cuando redimiste la vara de
tu heredad;
Este monte de Sión, donde has habitado.
3Levanta tus pies á los
asolamientos eternos:
A todo enemigo que ha hecho mal en el santuario.
4
Tus enemigos han bramado en medio de tus sinagogas:
Han puesto sus divisas por señas.
5Cualquiera se hacía famoso según que había levantado
El hacha sobre los gruesos maderos.
6Y ahora con hachas y martillos
Han quebrado todas
sus entalladuras.
7
Han puesto á fuego tus santuarios,
Han profanado el tabernáculo de tu nombre echándolo á tierra.
8
Dijeron en su corazón: Destruyámoslos de una vez;
Han quemado todas las sinagogas de Dios en el tierra.
9No vemos ya nuestras señales:
No hay más profeta;
Ni con nosotros hay quien sepa hasta cuándo.
10¿Hasta cuándo, oh Dios, el angustiador nos afrentará?
¿Ha de blasfemar el enemigo perpetuamente tu nombre?
11
¿Por qué retraes tu mano, y tu diestra?
¿Por qué la escondes dentro de tu seno?
12Empero
Dios es mi rey ya de antiguo;
El que obra saludes en medio de la tierra.
13
Tú hendiste la mar con tu fortaleza:
Quebrantaste cabezas de
ballenas en las aguas.
14Tú magullaste las cabezas del
leviathán;
Dístelo por comida al pueblo de los desiertos.
15
Tú abriste fuente y río;
Tú secaste ríos impetuosos.
16Tuyo es el día, tuya también es la noche:
Tú aparejaste la luna y el sol.
17Tú
estableciste todos los términos de la tierra:
El verano y el invierno tú los formaste.
18
Acuerdáte de esto: que el enemigo ha dicho afrentas á Jehová,
Y que el pueblo insensato ha blasfemado tu nombre.
19No entregues á las bestias el alma
de tu tórtola:
Y no olvides para siempre la congregación de tus afligidos.
20
Mira al pacto:
Porque las tenebrosidades de la tierra llenas están de habitaciones de violencia.
21
No vuelva avergonzado el abatido:
El afligido y el menesteroso alabarán tu nombre.
22Levántate, oh Dios, aboga tu causa:
Acuérdate de cómo el insensato te injuria cada día.
23No olvides las voces de tus enemigos:
El alboroto de los que se levantan contra ti sube continuamente.