Salmo de David,
estando en el desierto de Judá.
631DIOS, Dios mío eres tú: levantaréme á ti
de mañana:
Mi alma tiene sed de ti, mi carne te desea,
En tierra de sequedad y transida sin aguas;
2Para ver
tu fortaleza y tu gloria,
Así como te he mirado en el santuario.
3
Porque mejor es tu misericordia que la vida:
Mis labios te alabarán.
4Así
te bendeciré en mi vida:
En tu nombre
alzaré mis manos.
5Como de meollo y de grosura será saciada mi alma;
Y con labios de júbilo te alabará mi boca,
6Cuando
me acordaré de ti en mi lecho,
Cuando meditaré de ti en las velas de la noche.
7Porque has sido mi socorro;
Y así
en la sombra de tus alas me regocijaré.
8Está mi alma apegada á ti:
Tu diestra me ha sostenido.
9Mas los que para destrucción buscaron mi alma,
Caerán en los
sitios bajos de la tierra.
10Destruiránlos á filo de espada;
Serán porción de las zorras.
11Empero
el rey se alegrará en Dios;
Será alabado cualquiera que por él jura:
Porque
la boca de los que hablan mentira, será cerrada.
Al Músico principal: Salmo de David.
641ESCUCHA, oh Dios, mi voz en mi oración:
Guarda mi vida del miedo del enemigo.
2Escóndeme del secreto consejo de los malignos;
De la conspiración de los que obran iniquidad:
3
Que amolaron su lengua como cuchillo,
Y armaron por su
saeta palabra amarga;
4Para asaetear á escondidas al íntegro:
De improviso lo asaetean, y no temen.
5Obstinados en su inicuo designio,
Tratan de esconder los lazos,
Y dicen:
¿Quién los ha de ver?
6Inquieren iniquidades, hacen una investigación exacta;
Y el íntimo pensamiento de cada uno de ellos, así como el corazón, es profundo.
7
Mas Dios los herirá con saeta;
De repente serán sus plagas.
8Y harán
caer sobre sí sus mismas lenguas:
Se espantarán todos los que los vieren.
9
Y temerán todos los hombres,
Y anunciarán la obra de Dios,
Y entenderán su hecho.
10
Alegraráse el justo en Jehová, y confiaráse en él;
Y se gloriarán todos los rectos de corazón.
Al Músico principal: Salmo: Cántico de David.
651A TI es plácida la alabanza en Sión, oh Dios:
Y á ti se pagarán los votos.
2Tú oyes la oración:
A ti vendrá toda carne.
3Palabras de iniquidades me sobrepujaron:
Mas nuestras rebeliones
tú las perdonarás.
4
Dichoso el que
tú escogieres, é hicieres llegar á ti,
Para que habite en tus atrios:
Seremos saciados del bien de tu casa,
De tu santo templo.
5Con tremendas cosas, en justicia, nos responderás tú,
Oh Dios de nuestra salud,
Esperanza de
todos los términos de la tierra,
Y de los más remotos confines de la mar.
6Tú, el que afirma los montes con su potencia,
Ceñido de valentía:
7
El que amansa el estruendo de los mares, el estruendo de sus ondas,
Y el alboroto de las gentes.
8Por tanto los habitadores de los fines de la tierra temen de tus maravillas.
Tú haces alegrar las salidas de la mañana y de la tarde.
9
Visitas la tierra, y
la riegas:
En gran manera la enriqueces
Con el río de Dios, lleno de aguas:
Preparas el grano de ellos, cuando así la dispones.
10Haces se empapen sus surcos,
Haces descender sus canales:
Ablándasla con lluvias,
Bendices sus renuevos.
11Tú coronas el año de tus bienes;
Y tus nubes destilan grosura.
12Destilan sobre las
estancias del desierto;
Y los collados se ciñen de alegría.
13Vístense los llanos de manadas,
Y
los valles se cubren de grano:
Dan voces de júbilo, y aun cantan.