Al Músico principal: sobre Neginoth: Salmo de David.
611OYE, oh Dios, mi clamor;
A mi oración atiende.
2Desde el cabo de la tierra clamaré á ti, cuando mi corazón desmayare:
A la peña más alta que yo me conduzcas.
3Porque tú has sido mi refugio,
Y torre de fortaleza delante del enemigo.
4
Yo habitaré en tu tabernáculo para siempre:
Estaré seguro bajo la cubierta de tus alas.
5Porque tú, oh Dios, has oído mis votos,
Has dado heredad á los que temen tu nombre.
6
Días sobre días añadirás al rey:
Sus años serán como generación y generación.
7Estará para siempre delante de Dios:
Misericordia
y verdad prepara que lo conserven.
8Así cantaré tu nombre para siempre,
Pagando mis votos cada día.
Al Músico principal: á Jeduthúm: Salmo de David.
621EN
Dios solamente está callada mi alma:
De él viene mi salud.
2El solamente es mi fuerte, y mi salud;
Es mi refugio,
no resbalaré mucho.
3¿Hasta cuándo maquinaréis contra un hombre?
Pereceréis todos vosotros,
Caeréis como pared acostada, como cerca ruinosa.
4Solamente consultan de arrojarle de su grandeza;
Aman la mentira,
Con su boca bendicen,
pero maldicen en sus entrañas. (Selah.)
5Alma mía, en Dios solamente reposa;
Porque de él es mi esperanza.
6El solamente es mi fuerte y mi salud:
Es mi refugio,
no resbalaré.
7
En Dios está mi salvación y mi gloria:
En Dios está la roca de mi fortaleza, y mi refugio.
8Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos;
Derramad delante de él vuestro corazón:
Dios es nuestro amparo. (Selah.)
9
Por cierto, vanidad son los hijos de los hombres, mentira los hijos de varón:
Pesándolos á todos igualmente en la balanza,
Serán menos que la vanidad.
10No confiéis en la violencia,
Ni en la rapiña; no os envanezcáis:
Si se aumentare la hacienda, no pongáis el corazón en ella.
11
Una vez habló Dios;
Dos veces he oído esto:
Que de Dios es la fortaleza.
12Y de ti, oh Señor, es la
misericordia:
Porque
tú pagas á cada uno conforme á su obra.
Salmo de David,
estando en el desierto de Judá.
631DIOS, Dios mío eres tú: levantaréme á ti
de mañana:
Mi alma tiene sed de ti, mi carne te desea,
En tierra de sequedad y transida sin aguas;
2Para ver
tu fortaleza y tu gloria,
Así como te he mirado en el santuario.
3
Porque mejor es tu misericordia que la vida:
Mis labios te alabarán.
4Así
te bendeciré en mi vida:
En tu nombre
alzaré mis manos.
5Como de meollo y de grosura será saciada mi alma;
Y con labios de júbilo te alabará mi boca,
6Cuando
me acordaré de ti en mi lecho,
Cuando meditaré de ti en las velas de la noche.
7Porque has sido mi socorro;
Y así
en la sombra de tus alas me regocijaré.
8Está mi alma apegada á ti:
Tu diestra me ha sostenido.
9Mas los que para destrucción buscaron mi alma,
Caerán en los
sitios bajos de la tierra.
10Destruiránlos á filo de espada;
Serán porción de las zorras.
11Empero
el rey se alegrará en Dios;
Será alabado cualquiera que por él jura:
Porque
la boca de los que hablan mentira, será cerrada.