Al Músico principal: Salmo de David.
401RESIGNADAMENTE
esperé á Jehová,
E inclinóse á mí, y oyó mi clamor.
2E hízome sacar de un lago de miseria,
del lodo cenagoso;
Y puso mis pies sobre peña, y
enderezó mis pasos.
3
Puso luego en mi boca canción nueva, alabanza á nuestro Dios.
Verán esto muchos, y temerán,
Y esperarán en Jehová.
4
Bienaventurado el hombre que puso á Jehová por su confianza,
Y no mira á los soberbios, ni á los que declinan á la mentira.
5
Aumentado has tú, oh Jehová Dios mío, tus maravillas;
Y tus pensamientos para con nosotros,
No te los podremos contar:
Si yo anunciare y hablare de ellos,
No pueden ser enarrados.
6
Sacrificio y presente no te agrada;
Has abierto mis oídos;
Holocausto y expiación no has demandado.
7Entonces dije: He aquí, vengo;
En el envoltorio del libro
está escrito de mí:
8
El hacer tu voluntad, Dios mío, hame agradado;
Y tu ley está en medio
de mis entrañas.
9Anunciado he justicia
en grande congregación:
He aquí no detuve mis labios,
Jehová, tú lo sabes.
10No encubrí tu justicia dentro de mi corazón:
Tu verdad y tu salvación he dicho:
No oculté tu misericordia y tu verdad en grande concurso.
11Tú, Jehová, no apartes de mí tus misericordias:
Tu misericordia y tu verdad me guarden siempre.
12Porque me han cercado males hasta no haber cuento:
Hanme comprendido mis maldades, y no puedo levantar la vista:
Hanse aumentado
más que los cabellos de mi cabeza, y mi corazón me falta.
13
Quieras, oh Jehová, librarme;
Jehová,
apresúrate á socorrerme.
14
Sean avergonzados y confusos á una
Los que buscan mi vida para cortarla:
Vuelvan atrás y avergüéncense
Los que mi mal desean.
15Sean asolados en pago de su afrenta
Los que me dicen: ¡Ea,
ea!
16Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan;
Y
digan siempre los que aman tu salud:
Jehová sea ensalzado.
17
Aunque afligido yo y necesitado,
Jehová pensará de mí:
Mi ayuda y mi libertador eres tú;
Dios mío, no te tardes.
Al Músico principal: Salmo de David.
411
BIENAVENTURADO
el que piensa en el pobre:
En el día malo
lo librará Jehová.
2Jehová lo guardé, y le dé vida: sea bienaventurado en la tierra,
Y no lo entregues á la voluntad de sus enemigos.
3Jehová lo sustentará sobre el lecho del dolor:
Mullirás toda su cama en su enfermedad.
4Yo dije: Jehová, ten misericordia de mí;
Sana mi alma, porque contra ti he pecado.
5Mis enemigos dicen mal de mí preguntando:
¿Cuándo morirá, y perecerá su nombre?
6Y si venía á ver me,
hablaba mentira:
Su corazón se amontonaba iniquidad;
Y salido fuera, hablába la.
7Reunidos murmuraban contra mí todos los que me aborrecían:
Contra mí pensaban mal, diciendo de mí:
8Cosa pestilencial de él se ha apoderado;
Y el que cayó en cama, no volverá á levantarse.
9
Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía,
Alzó contra mí el calcañar.
10Mas tú, Jehová, ten misericordia de mí, y hazme levantar,
Y daréles el pago.
11En esto habré conocido que te he agradado,
Que mi enemigo no se holgará de mí.
12En cuanto á mí,
en mi integridad me has sustentado,
Y
me has hecho estar delante de ti para siempre.
13
Bendito sea Jehová, el Dios de Israel,
Por siglos de siglos.
Amén y Amén.
Al Músico principal: Masquil
a los hijos de Coré.
421COMO el ciervo brama por las corrientes de las aguas,
Así clama por ti, oh Dios, el alma mía.
2
Mi alma tiene sed de Dios,
del Dios vivo:
¡Cuándo vendré,
y pareceré delante de Dios!
3
Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche,
Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios?
4Acordaréme de estas cosas, y
derramaré sobre mí mi alma:
Cuando pasaré en el número,
iré con ellos hasta la casa de Dios,
Con voz de alegría y de alabanza, haciendo fiesta la multitud.
5
¿Por qué te abates, oh alma mía,
Y te conturbas en mí?
Espera á Dios; porque aun le tengo de alabar
Por las saludes de su presencia.
6Dios mío, mi alma está en mí abatida:
Acordaréme por tanto de ti
desde tierra del Jordán,
Y de los
Hermonitas, desde el monte de Mizhar.
7
Un abismo llama á otro á la voz de tus canales:
Todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí.
8De día
mandará Jehová su misericordia,
Y
de noche su canción será conmigo,
Y oración al Dios de mi vida.
9Diré á Dios:
Roca mía, ¿por qué te has olvidado de mí?
¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo?
10Mientras se están quebrantando mis huesos, mis enemigos me afrentan,
Diciéndome cada día: ¿Dónde está tu Dios?
11
¿Por qué te abates, oh alma mía,
Y por qué te conturbas en mí?
Espera á Dios; porque aun le tengo de alabar;
Es él salvamento delante de mí, y el Dios mío.