Salmo de David,
cuando huía de delante de Absalom su hijo.
31¡OH Jehová,
cuánto se han multiplicado mis enemigos!
Muchos se levantan contra mí.
2Muchos dicen de mi vida:
No hay para él salud en Dios. (Selah.)
3Mas tú, Jehová,
eres escudo alrededor de mí:
Mi gloria, y
el que ensalza mi cabeza.
4Con mi voz clamé á Jehová,
Y
él me respondió desde el monte de
su santidad. (Selah.)
5Yo
me acosté, y dormí,
Y desperté; porque Jehová me sostuvo.
6
No temeré de diez millares de pueblos,
Que pusieren cerco contra mí.
7Levántate, Jehová; sálvame, Dios mío:
Porque tú heriste á todos mis enemigos en la quijada;
Los dientes de los malos quebrantaste.
8
De Jehová es la salud:
Sobre tu pueblo será tu bendición. (Selah.)