161Y RESPONDIÓ Job, y dijo:
2Muchas veces he oído cosas
como estas:
Consoladores molestos sois todos vosotros.
3¿Tendrán fin las palabras ventosas?
O ¿qué te animará á responder?
4También yo hablaría como vosotros.
Ojalá vuestra alma estuviera en lugar de la mía,
Que yo os tendría compañía en las palabras,
Y sobre vosotros movería mi cabeza.
5Mas yo os alentaría con mis palabras,
Y la consolación de mis labios apaciguaría el dolor vuestro.
6Si hablo, mi dolor no cesa;
Y si dejo de hablar, no se aparta de mí.
7Empero ahora me ha fatigado:
Has tú asolado toda
mi compañía.
8Tú me has arrugado; testigo es
mi flacura,
Que se levanta contra mí para testificar en mi rostro.
9Su furor me destrizó, y me ha sido contrario:
Crujió sus dientes contra mí;
Contra mí
aguzó sus ojos mi enemigo.
10
Abrieron contra mí su boca;
Hirieron mis mejillas con afrenta;
Contra mí se juntaron todos.
11Hame entregado Dios al mentiroso,
Y en las manos de los impíos me hizo estremecer.
12Próspero estaba, y desmenuzóme:
Y arrebatóme por la cerviz, y despedazóme,
Y púsome por
blanco suyo.
13Cercáronme sus
flecheros,
Partió mis riñones, y no perdonó:
Mi hiel
derramó por tierra.
14Quebrantóme de
quebranto sobre quebranto;
Corrió contra mí como un gigante.
15Yo cosí saco sobre mi piel,
Y cargué mi cabeza de polvo.
16Mi rostro está enlodado con lloro,
Y mis párpados entenebrecidos:
17A pesar de no haber iniquidad en mis manos,
Y de haber sido mi oración pura.
18¡Oh tierra!
no cubras mi sangre,
Y no haya lugar
a mi clamor.
19Mas he aquí que en los cielos está mi testigo,
Y mi testimonio en las alturas.
20Disputadores son mis amigos:
Mas á Dios destilarán mis ojos.
21¡Ojalá pudiese disputar el hombre con Dios,
Como con su prójimo!
22Mas los años contados vendrán,
Y yo iré el camino por donde no volveré.
171MI ALIENTO está corrompido, acórtanse mis días,
Y me está aparejado el sepulcro.
2No hay conmigo sino escarnecedores,
En cuya acrimonia se detienen mis ojos.
3Pon ahora, dame fianza para litigar contigo:
¿Quién tocará ahora mi mano?
4Porque á éstos has tú escondido su corazón de inteligencia:
Por tanto, no los ensalzarás.
5El que denuncia lisonjas á sus prójimos,
Los ojos de sus hijos desfallezcan.
6El me ha puesto
por parábola de pueblos,
Y delante de ellos he sido como tamboril.
7Y mis ojos se oscurecieron de desabrimiento,
Y mis pensamientos todos son como sombra.
8Los rectos se
maravillarán de esto,
Y el inocente se levantará contra el hipócrita.
9No obstante, proseguirá el justo su camino,
Y el limpio de manos aumentará la fuerza.
10Mas
volved todos vosotros, y venid ahora,
Que no hallaré entre vosotros sabio.
11Pasáronse
mis días, fueron arrancados mis pensamientos,
Los designios de mi corazón.
12Pusieron la noche por día,
Y la luz se acorta delante de las tinieblas.
13Si yo espero, el sepulcro es mi casa:
Haré mi cama en las tinieblas.
14A la huesa tengo dicho: Mi padre eres tú;
A los gusanos: Mi madre y mi hermana.
15¿Dónde pues estará ahora mi esperanza?
Y mi esperanza ¿quién la verá?
16A los rincones
de la huesa descenderán,
Y juntamente
descansarán en el polvo.
181Y RESPONDIÓ
Bildad Suhita, y dijo:
2¿Cuándo pondréis fin á las palabras?
Entended, y después hablemos.
3¿Por qué somos tenidos
por bestias,
Y en vuestros ojos somos viles?
4Oh tú, que despedazas tu alma con tu furor,
¿Será dejada la tierra por tu causa,
Y serán traspasadas de su lugar las peñas?
5Ciertamente
la luz de los impíos será apagada,
Y no resplandecerá la centella de su fuego.
6La luz se oscurecerá en su tienda,
Y apagaráse sobre él su lámpara.
7Los pasos de su pujanza serán acortados,
Y precipitarálo su mismo consejo.
8Porque
red será echada en sus pies,
Y sobre red andará.
9Lazo prenderá su calcañar:
Afirmaráse la trampa contra él.
10Su cuerda está escondida en la tierra,
Y su torzuelo sobre la senda.
11
De todas partes lo asombrarán temores,
Y haránle huir desconcertado.
12Su fuerza será hambrienta,
Y á su lado estará aparejado quebrantamiento.
13El primogénito de la muerte comerá los
ramos de su piel,
Y devorará sus miembros.
14Su confianza será arrancada de su tienda,
Y harále esto llevar al
rey de los espantos.
15En su tienda morará como si no fuese suya:
Piedra azufre será esparcida sobre su morada.
16
Abajo se secarán sus raíces,
Y arriba serán cortadas sus ramas.
17
Su memoria perecerá de la tierra,
Y no tendrá nombre por las calles.
18De la luz será lanzado á las tinieblas,
Y echado fuera del mundo.
19No tendrá hijo ni nieto en su pueblo,
Ni quien le suceda en sus moradas.
20Sobre
su día se espantarán los por venir,
Como ocupó el pavor á los que fueron antes.
21Ciertamente tales son las moradas del impío,
Y este será el lugar del que no conoció á Dios.