111EXISTÍA entonces
Jephté, Galaadita,
hombre valiente, hijo de una ramera, al cual había engendrado Galaad.
2Y la mujer de Galaad también le había parido hijos; los cuales cuando fueron grandes, echaron fuera á Jephté, diciéndole: No heredarás en la casa de nuestro padre, porque eres bastardo.
3Huyendo pues Jephté á causa de sus hermanos, habitó en tierra de
Tob;
y juntáronse con él hombres ociosos, los cuales con él salían.
4Y aconteció que después de días los hijos de Ammón hicieron guerra contra Israel:
5Y como los hijos de Ammón tenían guerra contra Israel, los
ancianos de Galaad fueron para volver á Jephté de tierra de Tob;
6Y dijeron á Jephté: Ven, y serás nuestro capitán, para que peleemos con los hijos de Ammón.
7Y Jephté respondió á los ancianos de Galaad:
¿No me habéis vosotros aborrecido, y me echasteis de la casa de mi padre? ¿por qué pues venís ahora á mí cuando estáis en aflicción?
8Y los ancianos de Galaad respondieron á Jephté: Por esta misma causa tornamos ahora á ti, para que vengas con nosotros, y pelees contra los hijos de Ammón, y nos seas cabeza á todos los que moramos en Galaad.
9Jephté entonces dijo á los ancianos de Galaad: Si me volvéis para que pelee contra los hijos de Ammón, y Jehová los entregare delante de mí, ¿seré yo vuestra cabeza?
10Y los ancianos de Galaad respondieron á Jephté:
Jehová oiga entre nosotros, si no hiciéremos como tú dices.
11Entonces Jephté vino con los ancianos de Galaad, y el pueblo lo eligió por su
cabeza y príncipe; y Jephté habló todas sus palabras
delante de Jehová en
Mizpa.
12Y envió Jephté embajadores al rey de los Ammonitas, diciendo: ¿Qué tienes tú conmigo que has venido á mí para hacer guerra en mi tierra?
13Y el rey de los Ammonitas respondió á los embajadores de Jephté:
Por cuanto Israel tomó mi tierra, cuando subió de Egipto, desde Arnón hasta
Jaboc y el Jordán; por tanto, devuélvelas ahora en paz.
14Y Jephté tornó á enviar otros embajadores al rey de los Ammonitas,
15Para decirle: Jephté ha dicho así:
Israel no tomó tierra de Moab, ni tierra de los hijos de Ammón:
16Mas subiendo Israel de Egipto, anduvo por el desierto hasta el mar Bermejo, y
llegó á Cades.
17
Entonces Israel envió embajadores al rey de Edom, diciendo: Yo te ruego que me dejes pasar por tu tierra.
Mas el rey de Edom no los escuchó. Envió también al rey de Moab; el cual tampoco quiso:
quedóse por tanto Israel en Cades.
18Después, yendo por el desierto,
rodeó la tierra de Edom y la tierra de Moab, y
viniendo por el lado oriental de la tierra de Moab,
asentó su campo de estotra parte de Arnón, y no entraron por el término de Moab: porque Arnón término es de Moab.
19Y
envió Israel embajadores á Sehón rey de los Amorrheos, rey de Hesbón, diciéndole: Ruégote que me dejes pasar por tu tierra hasta mi lugar.
20Mas Sehón no se fió de Israel para darle paso por su término; antes juntando Sehón toda su gente, puso campo en Jaas, y peleó contra Israel.
21Empero Jehová el Dios de Israel entregó á Sehón y á todo su pueblo en mano de Israel,
y venciólos: y poseyó Israel toda la tierra del Amorrheo que habitaba en aquel país.
22
Poseyeron también todo el término del Amorrheo desde Arnón hasta Jaboc, y desde el desierto hasta el Jordán.
23Así que Jehová el Dios de Israel echó los Amorrheos delante de su pueblo Israel: ¿y lo has de poseer tú?
24
Si Chêmos tu Dios te echase alguno, ¿no lo poseerías tú?
Así poseeremos nosotros á todo aquel que echó Jehová nuestro Dios de delante de nosotros.
25
¿Eres tú ahora en algo mejor que Balac hijo de Sephor, rey de Moab? ¿tuvo él cuestión contra Israel, ó hizo guerra contra ellos?
26Cuando Israel ha estado habitando por
trescientos años á
Hesbón y sus aldeas,
a Aroer y sus aldeas, y todas las ciudades que están á los términos de Arnón, ¿por qué no las habéis reclamado en ese tiempo?
27Así que, yo nada he pecado contra ti, mas tú haces mal conmigo haciéndome guerra: Jehová,
que es el juez, juzgue hoy entre los hijos de Israel y los hijos de Ammón.
28Mas el rey de los hijos de Ammón no atendió las razones de Jephté que le envió.
29Y el
espíritu de Jehová fué sobre Jephté: y pasó por Galaad y Manasés; y de allí pasó á Mizpa de Galaad; y de Mizpa de Galaad pasó á los hijos de Ammón.
30Y Jephté hizo
voto á Jehová, diciendo: Si entregares á los Ammonitas en mis manos,
31Cualquiera que me saliere á recibir de las puertas de mi casa, cuando volviere de los Ammonitas en paz,
será de Jehová, y
le ofreceré en holocausto.
32Pasó pues Jephté á los hijos de Ammón para pelear contra ellos; y Jehová los entregó en su mano.
33Y los hirió de grandísimo estrago desde Aroer hasta llegar á
Minnith, veinte ciudades; y hasta 11.33 ó, Abel de.la vega de las viñas. Así fueron domeñados los Ammonitas delante de los hijos de Israel.
34
Y volviendo Jephté á Mizpa á su casa, he aquí que
su hija le salió á recibir con
adufes y danzas, y era la sola, la única suya; no tenía fuera de ella otro hijo ni hija.
35Y como él la vió,
rompió sus vestidos diciendo: ¡Ay, hija mía! de verdad me has abatido, y tú eres de los que me afligen: porque yo he abierto mi boca á Jehová, y
no podré retractarme.
36Ella entonces le respondió: Padre mío, si has abierto tu boca á Jehová, haz de mí como salió de tu boca, pues que Jehová ha hecho venganza en tus enemigos los hijos de Ammón.
37Y tornó á decir á su padre: Hágasme esto: déjame por dos meses que vaya y descienda por los montes, y llore mi virginidad, yo y mis compañeras.
38El entonces dijo: Ve. Y dejóla por dos meses. Y ella fué con sus compañeras, y lloró su virginidad por los montes.
39Pasados los dos meses
volvió á su padre, é hizo de ella conforme á su voto que había hecho. Y ella nunca conoció varón.
40De aquí fué la costumbre en Israel que de año en año iban las doncellas de Israel á endechar á la hija de Jephté Galaadita, cuatro días en el año.
121Y JUNTÁNDOSE los
varones de Ephraim, pasaron hacia el aquilón, y dijeron á Jephté: ¿Por qué fuiste á hacer guerra contra los hijos de Ammón, y no nos llamaste para que fuéramos contigo? Nosotros quemaremos á fuego tu casa contigo.
2Y Jephté les respondió: Yo tuve, y mi pueblo, una gran contienda con los hijos de Ammón, y os llamé, y no me defendisteis de sus manos.
3Viendo pues que no me defendíais,
puse mi alma en mi palma, y pasé contra los hijos de Ammón, y Jehová los entregó en mi mano: ¿por qué pues habéis subido hoy contra mí para pelear conmigo?
4Y juntando Jephté á todos los varones de Galaad, peleó contra Ephraim; y los de Galaad hirieron á Ephraim, porque habían dicho: Vosotros sois
fugitivos de Ephraim, vosotros sois Galaaditas entre Ephraim y Manasés.
5Y los Galaaditas tomaron los
vados del Jordán á Ephraim; y era que, cuando alguno de los de Ephraim que había huído, decía, ¿pasaré? los de Galaad le preguntaban: ¿Eres tú Ephrateo? Si él respondía, No;
6Entonces le decían: Ahora pues, di,
Shiboleth. Y él decía, Siboleth; porque no podía pronunciar de aquella suerte. Entonces le echaban mano, y le degollaban junto á los vados del Jordán. Y murieron entonces de los de Ephraim cuarenta y dos mil.
7Y Jephté juzgó á Israel seis años: luego murió Jephté Galaadita, y fué sepultado en una de las ciudades de Galaad.
8Después de él juzgó á Israel Ibzan de
Beth-lehem;
9El cual tuvo treinta hijos y treinta hijas, las cuales casó fuera, y tomó de fuera treinta hijas para sus hijos: y juzgó á Israel siete años.
10Y murió Ibzan, y fué sepultado en Beth-lehem.
11Después de él juzgó á Israel Elón, Zabulonita, el cual juzgó á Israel diez años.
12Y murió Elón, Zabulonita, y fué sepultado en Ajalón en la tierra de Zabulón.
13Después de él juzgó á Israel Abdón hijo de Hillel, Piratonita.
14Este tuvo cuarenta hijos y treinta nietos, que
cabalgaban sobre setenta asnos: y juzgó á Israel ocho años.
15Y murió Abdón hijo de Hillel, Piratonita, y fué sepultado en Piratón, en la tierra de Ephraim, en el
monte de Amalec.
131Y LOS hijos de Israel
tornaron á hacer lo malo en los ojos de Jehová; y Jehová los entregó en
mano de los Filisteos, por cuarenta años.
2Y había un hombre de
Sora, de la tribu de Dan, el cual se llamaba Manoa; y su mujer era
estéril, que nunca había parido.
3A esta mujer apareció el
ángel de Jehová, y díjole: He aquí que tú eres estéril, y no has parido; mas concebirás y parirás un hijo.
4Ahora, pues, mira que ahora
no bebas vino, ni sidra, ni comas cosa inmunda.
5Porque tú te harás embarazada, y parirás un hijo: y no
subirá navaja sobre su cabeza, porque aquel niño será Nazareo á Dios desde el vientre, y él
comenzará á salvar á Israel de mano de los Filisteos.
6Y la mujer vino y contólo á su marido, diciendo: Un
varón de Dios vino á mí, cuyo
aspecto era como el aspecto de un ángel de Dios, terrible en gran manera; y no
le pregunté de dónde ni quién era, ni tampoco él me dijo
su nombre.
7Y díjome:
He aquí que tú concebirás, y parirás un hijo: por tanto, ahora no bebas vino, ni sidra, ni comas cosa inmunda; porque este niño desde el vientre será Nazareo á Dios hasta el día de su muerte.
8Entonces oró Manoa á Jehová, y dijo: Ah, Señor mío, yo te ruego que aquel varón de Dios que enviaste, torne ahora á venir á nosotros, y nos enseñe lo que hayamos de hacer con el niño que ha de nacer.
9Y Dios oyó la voz de Manoa: y el ángel de Dios volvió otra vez á la mujer, estando ella en el campo; mas su marido Manoa no estaba con ella.
10Y la mujer corrió prontamente, y noticiólo á su marido, diciéndole: Mira que se me ha aparecido aquel varón que vino á mí el otro día.
11Y levantóse Manoa, y siguió á su mujer; y así que llegó al varón, díjole: ¿Eres tú aquel varón que hablaste á la mujer? Y él dijo: Yo soy.
12Entonces Manoa dijo: Cúmplase pues tu palabra. ¿Qué orden se tendrá con el niño, y qué ha de hacer?
13Y el ángel de Jehová respondió á Manoa: La mujer se guardará de todas las cosas que yo le dije:
14Ella no comerá cosa que proceda de vid que da vino;
no beberá vino ni sidra, y no comerá cosa inmunda: ha de guardar todo lo que le mandé.
15Entonces Manoa dijo al ángel de Jehová: Ruégote
permitas que te detengamos, y aderezaremos un cabrito que poner delante de ti.
16Y el ángel de Jehová respondió á Manoa: Aunque me detengas no comeré de tu pan: mas si quisieres hacer holocausto, sacrifícalo á Jehová. Y no sabía Manoa que aquél fuese ángel de Jehová.
17Entonces dijo Manoa al ángel de Jehová:
¿Cómo es tu nombre, para que cuando se cumpliere tu palabra te honremos?
18Y el ángel de Jehová respondió: ¿Por
qué preguntas por mi nombre, que es oculto?
19Y Manoa tomó un cabrito de las cabras y un presente,
y sacrificólo sobre una peña á Jehová: y el ángel hizo milagro á vista de Manoa y de su mujer.
20Porque aconteció que
como la llama subía del altar hacia el cielo, el ángel de Jehová subió en la llama del altar á vista de Manoa y de su mujer, los cuales
se postraron en tierra sobre sus rostros.
21Y el ángel de Jehová no tornó á aparecer á Manoa ni á su mujer.
Entonces conoció Manoa que era el ángel de Jehová.
22Y dijo Manoa á su mujer:
Ciertamente moriremos, porque á Dios hemos visto.
23Y su mujer le respondió: Si Jehová nos quisiera matar, no tomara de nuestras manos
el holocausto y el presente, ni nos hubiera mostrado todas estas cosas, ni en tal tiempo nos habría anunciado esto.
24Y la mujer parió un hijo, y llamóle por nombre
Samsón. Y el niño
creció, y Jehová lo bendijo.
25Y el
espíritu de Jehová comenzó á manifestarse en él en los campamentos de Dan,
entre Sora y Esthaol.