61
EN el año que murió el rey
Uzzías
vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas henchían el templo.
2Y encima de él estaban serafines: cada uno tenía
seis alas; con dos cubrían sus rostros, y
con dos cubrían sus pies, y con dos volaban.
3Y el uno al otro daba voces, diciendo:
Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos: toda la tierra está llena de su gloria.
4Y los quiciales de las puestas se estremecieron con la voz del que clamaba, y
la casa se hinchió de humo.
5
Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; que siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos,
han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.
6Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado
del altar con unas tenazas:
7Y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado.
8Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién nos irá? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame á mí.
9Y dijo: Anda, y di á este pueblo:
Oid bien, y no entendáis; ved por cierto, mas no comprendáis.
10Engruesa el corazón
de aqueste pueblo, y agrava sus oídos, y ciega sus ojos; porque no vea con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni su corazón entienda, ni se convierta, y haya para él sanidad.
11Y yo dije: ¿Hasta cuándo, Señor? Y respondió él: Hasta que las ciudades estén asoladas, y sin morador, ni hombre en las casas, y la tierra sea tornada en desierto;
12Hasta que Jehová hubiere echado lejos los hombres, y multiplicare en medio de la tierra la desamparada.
13Pues aun quedará en ella una décima parte, y volverá, bien que habrá sido asolada: como el olmo y como el alcornoque, de los cuales en la tala queda el tronco, así será el tronco de ella la
simiente santa.
71ACONTECIÓ en los días de Achâz hijo de Jotham, hijo de Uzzías, rey de Judá, que
Rezín rey de Siria, y Peca hijo de Remalías, rey de Israel, subieron á Jerusalem para combatirla; mas no la pudieron tomar.
2Y vino la nueva á la casa de David, diciendo: Siria se ha confederado con Ephraim. Y estremeciósele el corazón, y el corazón de su pueblo, como se estremecen los árboles del monte á causa del viento.
3Entonces dijo Jehová á Isaías: Sal ahora al encuentro de Achâz, tú, y Sear-jasub tu hijo,
al cabo del conducto de la Pesquera de arriba, en el camino de la heredad del Lavador,
4Y dile: Guarda, y repósate; no temas, ni se enternezca tu corazón á causa de estos dos cabos de tizón que humean, por el furor de la ira de Rezín y del Siro, y del
hijo de Remalías.
5Por haber acordado maligno consejo contra ti el Siro, con Ephraim y con el hijo de Remalías, diciendo:
6Vamos contra Judá, y la despertaremos, y la partiremos entre nosotros, y pondremos en medio de ella por rey al hijo de Tabeel:
7El Señor Jehová dice así: No subsistirá, ni será.
8Porque
la cabeza de Siria
es Damasco, y la cabeza de Damasco, Rezín: y
dentro de sesenta y cinco años Ephraim será quebrantado hasta dejar de ser pueblo.
9Entretanto la cabeza de Ephraim es
Samaria, y la cabeza de Samaria el hijo de Remalías. Si vosotros no creyereis, de cierto no permaneceréis.
10Y habló más Jehová á Achâz, diciendo:
11Pide para ti
señal de Jehová tu Dios, demandándola
en lo profundo, ó arriba en lo alto.
12Y respondió Achâz:
No pediré, y no tentaré á Jehová.
13Dijo entonces Isaías: Oid ahora
casa de David. ¿Os es poco el ser molestos á los hombres, sino que también lo seáis á mi Dios?
14Por tanto el mismo Señor os dará señal:
He aquí que la virgen concebirá, y parirá hijo, y llamará su nombre
Emmanuel.
15
Comerá manteca y miel,
para que sepa desechar lo malo y escoger lo bueno.
16Porque antes que el niño
sepa desechar lo malo y escoger lo bueno, la tierra que tú aborreces será dejada de
sus dos reyes.
17Jehová hará venir sobre ti, y sobre tu pueblo, y sobre la casa de tu padre, días cuales nunca vinieron desde el día que
Ephraim se apartó de Judá, es á saber, al rey de Asiria.
18Y acontecerá que aquel día silbará Jehová á
la mosca que está en el fin de los ríos de Egipto, y á la abeja que está en la tierra de Asiria.
19Y vendrán, y se asentarán todos en los valles desiertos, y en las cavernas de las piedras, y en todos los zarzales, y en todas las matas.
20En aquel día
raerá el Señor con navaja alquilada, con los que habitan de la otra parte del río, á saber, con el rey de Asiria, cabeza y pelos de los pies; y aun la barba también quitará.
21Y acontecerá en aquel tiempo, que críe un hombre una vaca y dos ovejas;
22Y será que á causa de la abundancia de leche que darán, comerá manteca: cierto manteca y miel comerá el que quedare en medio de la tierra.
23Acontecerá también en aquel tiempo, que el lugar donde había mil vides que valían mil siclos de plata, será para los espinos y cardos.
24Con saetas y arco irán allá; porque toda la tierra será espinos y cardos.
25Y á todos los montes que se cavaban con azada, no llegará allá el temor de los espinos y de los cardos:
mas serán para pasto de bueyes,
y para ser hollados de los ganados.
81Y DÍJOME Jehová: Tómate un gran volumen, y
escribe en él en estilo de hombre tocante á Maher-salal-hash-baz.
2Y junté conmigo por testigos fieles á
Urías sacerdote, y á Zacarías hijo de Jeberechîas.
3Y juntéme con la profetisa, la cual concibió, y parió un hijo. Y díjome Jehová: Ponle por nombre Maher-salal-hash-baz.
4Porque antes que el niño
sepa decir, Padre mío, y Madre mía, será quitada la fuerza de
Damasco y los despojos de Samaria, en la presencia del rey de Asiria.
5Otra vez tornó Jehová á hablarme, diciendo:
6Por cuanto desechó este pueblo las aguas de
Siloé, que corren mansamente, y holgóse
con Rezín y con el hijo de Remalías;
7He aquí por tanto que el Señor hace subir sobre ellos aguas de ríos, impetuosas y muchas, á saber, al rey de Asiria con todo su poder; el cual subirá sobre todos sus ríos, y pasará sobre todas sus riberas:
8Y pasando hasta Judá, inundará, y sobrepujará,
y llegará hasta la garganta; y extendiendo sus alas, llenará la anchura de tu tierra,
oh Emmanuel.
9Juntaos, pueblos, y seréis quebrantados; oid todos los que sois de lejanas tierras: poneos á punto, y seréis quebrantados; apercibíos, y seréis quebrantados.
10Tomad consejo, y será deshecho; proferid palabra, y no será firme:
porque Dios con nosotros.
11Porque Jehová me dijo de esta manera con mano fuerte, y enseñóme que no caminase por el camino de este pueblo, diciendo:
12No digáis, Conjuración, á todas las cosas á que este pueblo dice, Conjuración;
ni temáis lo que temen, ni tengáis miedo.
13A Jehová de los ejércitos,
a él santificad:
sea él vuestro temor, y él sea vuestro miedo.
14Entonces
él será por santuario; mas á las dos casas de Israel por
piedra para tropezar, y por tropezadero para caer, y
por lazo y por red al morador de Jerusalem.
15Y muchos tropezarán entre ellos, y caerán, y serán quebrantados: enredaránse, y serán presos.
16Ata el testimonio, sella la ley entre mis discípulos.
17Esperaré pues á Jehová, el cual
escondió su rostro de la casa de Jacob, y á él
aguardaré.
18He aquí,
yo y
los hijos que me dió Jehová,
por señales y
prodigios en Israel, de parte de Jehová de los ejércitos que mora en el monte de Sión.
19Y si os dijeren:
Preguntad á los pythones y á los adivinos, que
susurran hablando, responded:
¿No consultará el pueblo á su Dios? ¿Apelará
por los vivos á los muertos?
20
¡A la ley y al testimonio!
Si no dijeren conforme á esto, es
porque no les ha amanecido.
21Y pasarán por él fatigados y hambrientos, y acontecerá que teniendo hambre, se enojarán y
maldecirán á su rey y á su Dios, levantando el rostro en alto.
22Y
mirarán á la tierra, y he aquí tribulación y tiniebla,
oscuridad y angustia; y serán sumidos en las tinieblas.