91TENÍA empero también el primer pacto reglamentos del culto, y
santuario mundano.
2Porque el tabernáculo
fué hecho: el primero,
en que estaban las
lámparas, y
la mesa, y
los panes de la proposición; lo que llaman el Santuario.
3Tras el segundo velo
estaba el tabernáculo, que llaman el Lugar Santísimo;
4El cual tenía un
incensario de oro, y el
arca del pacto cubierta de todas partes alrededor de oro; en la que estaba una urna de oro
que contenía el maná, y la vara
de Aarón que reverdeció, y
las tablas del pacto;
5Y sobre ella
los querubines de gloria que cubrían
el propiciatorio; de las cuales cosas no se puede ahora hablar en particular.
6Y estas cosas así ordenadas, en el primer tabernáculo siempre entraban
los sacerdotes para hacer los oficios del culto;
7Mas en
el segundo,
sólo el pontífice una vez en el año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo, y por los pecados de ignorancia del pueblo:
8Dando en esto á entender
el Espíritu Santo, que aun no estaba descubierto
el camino para el santuario, entre tanto que el primer tabernáculo estuviese en pie.
9Lo cual era
figura de aquel tiempo presente, en el cual se ofrecían presentes y sacrificios
10.1,11
que no podían hacer perfecto, cuanto á la conciencia, al que servía con ellos;
10Consistiendo sólo en
viandas y en bebidas, y en diversos lavamientos, y ordenanzas
acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de la corrección.
11Mas estando ya presente Cristo, pontífice
de los bienes que habían de venir,
por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no
hecho de manos, es á saber, no de esta creación;
12Y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, mas por
su propia sangre, entró
una sola vez en
el santuario, habiendo obtenido eterna redención.
13Porque
Lv. 16.14-16
si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y
la ceniza de la becerra, rociada á los inmundos, santifica para la purificación de la carne,
14¿Cuánto más
la sangre de Cristo, el cual por el Espíritu eterno se ofreció á sí mismo sin mancha á Dios,
limpiará vuestras conciencias
de las obras de muerte para que sirváis al Dios vivo?
15Así que, por eso es
mediador del
nuevo testamento, para que interviniendo muerte para la remisión de las rebeliones que había bajo del primer testamento,
los que son llamados reciban la promesa de la herencia eterna.
16Porque donde hay testamento, necesario es que intervenga muerte del testador.
17Porque
el testamento con la muerte es confirmado; de otra manera no es válido entre tanto que el testador vive.
18De donde vino que ni aun el primero fué consagrado sin sangre.
19Porque
habiendo leído Moisés todos los mandamientos de la ley á todo el pueblo, tomando la sangre de
los becerros y de los machos cabríos,
con agua, y lana de grana, é hisopo, roció al mismo libro, y también á todo el pueblo,
20Diciendo: Esta es
la sangre del testamento que Dios os ha mandado.
21Y además de esto
roció también con la sangre el tabernáculo y todos los vasos del ministerio.
22Y casi todo es purificado según la ley con sangre; y
sin derramamiento de sangre no se hace remisión.
23Fué, pues, necesario que
las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas con estas cosas; empero las mismas cosas celestiales con mejores sacrificios que éstos.
24Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura
del verdadero, sino
en el mismo cielo para presentarse ahora
por nosotros en la presencia de Dios.
25Y no para ofrecerse muchas veces á sí mismo,
como entra el pontífice en el santuario
cada año con sangre ajena;
26De otra manera fuera necesario que hubiera padecido muchas veces desde el principio del mundo: mas ahora
una vez
en la consumación de los siglos,
para deshacimiento del pecado se presentó por el sacrificio de sí mismo.
27Y de la manera que está establecido á los hombres que mueran una vez, y después el juicio;
28Así también Cristo fué ofrecido una vez
para agotar los pecados
de muchos; y la segunda vez, sin pecado, será visto de
los que le esperan para salud.