61POR tanto, dejando la palabra del comienzo en la doctrina de Cristo, vamos adelante á la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento
de obras muertas, y de la fe en Dios,
2De la doctrina
de bautismos,
y de la imposición de manos,
y de la resurrección de los muertos,
y del juicio eterno.
3Y esto haremos á la verdad, si Dios lo permitiere.
4Porque
es imposible que los que una vez fueron
iluminados y gustaron
el don celestial, y
fueron hechos partícipes del Espíritu Santo.
5Y asimismo gustaron la buena palabra de Dios, y las virtudes
del siglo venidero,
6Y recayeron, sean otra vez renovados
para arrepentimiento,
crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios, y exponiéndole á vituperio.
7Porque la tierra
que embebe el agua que muchas veces vino sobre ella, y produce hierba provechosa á aquellos de los cuales es labrada, recibe bendición de Dios:
8Mas
la que produce espinas y abrojos, es reprobada, y cercana de maldición; cuyo fin será el ser abrasada.
9Pero de vosotros, oh amados, esperamos mejores cosas, y más cercanas á salud, aunque hablamos así.
10Porque
Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado á su nombre, habiendo
asistido y asistiendo aún á los santos.
11Mas deseamos que
cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el cabo, para cumplimiento de la esperanza:
12Que no os hagáis
perezosos, mas imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan
las promesas.
13Porque prometiendo Dios á Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor,
juró por sí mismo,
14Diciendo:
De cierto te bendeciré bendiciendo, y multiplicando te multiplicaré.
15Y así, esperando con largura de ánimo, alcanzó la promesa.
16Porque los hombres ciertamente por el mayor que ellos juran: y el fin de todas sus controversias es
el juramento para confirmación.
17Por lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente á los
herederos de la promesa
la inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento;
18Para que por dos cosas inmutables, en las cuales es
imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo, los que nos acogemos á trabarnos de la esperanza propuesta:
19La cual tenemos como segura y firme ancla del alma,
y que entra hasta dentro del
velo;
20Donde
entró por nosotros como precursor Jesús,
hecho Pontífice eternalmente según el orden de Melchîsedec.
71PORQUE este
Melchîsedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, el cual salió á recibir á Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo,
2Al cual asimismo dió Abraham los diezmos de todo, primeramente él se interpreta Rey de justicia; y luego también Rey de Salem, que es, Rey de paz;
3Sin padre, sin madre, sin linaje; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, mas hecho semejante al
Hijo de Dios, permanece sacerdote
para siempre.
4Mirad pues cuán grande fué éste, al cual aun Abraham el patriarca dió diezmos de los despojos.
5Y ciertamente
los que de los hijos de Leví toman el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley, es á saber, de sus hermanos aunque también hayan salido de los lomos de Abraham.
6Mas aquél cuya genealogía no es contada de ellos, tomó de Abraham los diezmos, y bendijo
al que tenía las promesas.
7Y sin contradicción alguna, lo que es menos es bendecido de lo que es más.
8Y aquí ciertamente los hombres mortales toman los diezmos: mas allí, aquel
del cual está dado testimonio que vive.
9Y, por decirlo así, en Abraham fué diezmado también Leví, que recibe los diezmos;
10Porque aun estaba en los lomos de su padre cuando Melchîsedec le salió al encuentro.
11Si
pues la perfección era por el sacerdocio Levítico (porque debajo de él recibió el pueblo la ley) ¿qué necesidad había aún de que se levantase otro sacerdote
según el orden de Melchîsedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón?
12Pues mudado el sacerdocio, necesario es que se haga también mudanza de la ley.
13Porque aquel del cual esto se dice, de otra tribu es, de la cual nadie asistió al altar.
14Porque notorio es que
el Señor nuestro nació de la tribu de Judá, sobre cuya tribu nada habló Moisés tocante al sacerdocio.
15Y aun más manifiesto es, si á semejanza de Melchîsedec se levanta otro sacerdote,
16El cual no es hecho conforme á la ley del mandamiento carnal, sino según la virtud de vida indisoluble;
17Pues se da testimonio de él:
Tú eres sacerdote para siempre,
Según el orden de Melchîsedec.
18El mandamiento precedente, cierto se abroga por
su flaqueza é inutilidad;
19Porque nada perfeccionó la ley; mas hízolo
la introducción de mejor esperanza, por la cual
nos acercamos á Dios.
20Y por cuanto no fué sin juramento,
21(Porque los otros cierto sin juramento fueron hechos sacerdotes; mas éste, con juramento por el que le dijo:
Juró el Señor, y no se arrepentirá:
Tú eres sacerdote eternamente
Según el orden de Melchîsedec:)
22Tanto
de mejor testamento es hecho fiador Jesús.
23Y los otros cierto fueron muchos sacerdotes, en cuanto por la muerte no podían permanecer.
24Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable:
25Por lo cual puede también salvar eternamente á los
que por él se allegan á Dios, viviendo siempre para
interceder por ellos.
26Porque tal
pontífice nos convenía:
santo, inocente, limpio,
apartado de los pecadores,
y hecho más sublime de los cielos;
27Que no tiene necesidad
cada día, como los otros sacerdotes, de ofrecer
primero sacrificios por sus pecados, y luego por los del pueblo: porque
esto lo hizo
una sola vez, ofreciéndose á sí mismo.
28Porque la ley constituye sacerdotes á hombres flacos; mas la palabra del
juramento, después de la ley, constituye al
Hijo,
hecho perfecto para siempre.
81ASÍ que, la suma acerca de lo dicho es: Tenemos tal
pontífice
que se asentó á la diestra del trono de la Majestad en los cielos;
2Ministro
del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que el Señor asentó, y no hombre.
3Porque
todo pontífice es puesto para ofrecer presentes y sacrificios; por lo cual
es necesario que también éste tuviese algo que ofrecer.
4Así que, si estuviese sobre la tierra, ni aun sería sacerdote, habiendo aún los sacerdotes que ofrecen los presentes según la ley;
5Los cuales sirven de bosquejo y
sombre de las cosas celestiales, como fué respondido á Moisés cuando había de acabar el tabernáculo:
Mira, dice, haz todas las cosas conforme al dechado que te ha sido mostrado en el monte.
6Mas ahora
tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es
mediador de un
mejor pacto, el cual ha sido formado sobre mejores promesas.
7Porque
si aquel primero fuera sin falta, cierto no se hubiera procurado lugar de segundo.
8Porque reprendiéndolos dice:
He aquí vienen días, dice el Señor,
Y consumaré para con la casa de Israel y para con la casa de Judá un nuevo pacto;
9No como el pacto que hice con sus padres
El día que los tomé por la mano para sacarlos de la tierra de Egipto:
Porque ellos no permanecieron en mi pacto,
Y yo los menosprecié, dice el Señor.
10Por lo cual, este es el pacto que ordenaré á la casa de Israel
Después de aquellos días, dice el Señor:
Daré mis leyes en el alma de ellos,
Y sobre el corazón de ellos las escribiré;
Y seré á ellos por Dios,
Y ellos me serán á mí por pueblo:
11Y ninguno eneseñará á su prójimo,
Ni ninguno á su hermano, diciendo: Conoce al Señor:
Porque todos me conocerán,
Desde el menor de ellos hasta el mayor.
12Porque seré propicio á sus injusticias,
Y de sus pecados y de sus iniquidades no me acordaré más.
13Diciendo, Nuevo pacto,
dió por viejo al primero; y lo que es dado por viejo y se envejece, cerca está de desvanecerse.