71DIJO entonces Eliseo: Oid palabra de Jehová: Así dijo Jehová: Mañana á estas horas valdrá el seah de flor de harina un siclo, y
dos seah de cebada un siclo, á la puerta de Samaria.
2Y
un príncipe sobre cuya mano el rey se apoyaba, respondió al varón de Dios, y dijo: Si Jehová hiciese
ahora ventanas en el cielo, ¿sería esto así? Y él dijo: He aquí tú lo verás con tus ojos, mas no comerás de ello.
3Y había cuatro hombres leprosos
a la entrada de la puerta, los cuales dijeron el uno al otro: ¿Para qué nos estamos aquí hasta que muramos?
4Si tratáremos de entrar en la ciudad, por el hambre que hay en la ciudad moriremos en ella; y si nos quedamos aquí, también moriremos. Vamos pues ahora, y pasémonos al ejército de los Siros: si ellos nos dieren la vida, viviremos; y si nos dieren la muerte, moriremos.
5Levantáronse pues
en el principio de la noche, para irse al campo de los Siros; y llegando á las primeras estancias de los Siros, no había allí hombre.
6Porque el Señor había hecho que en el campo de los Siros se
oyese estruendo de carros, ruido de caballos, y estrépito de grande ejército; y dijéronse los unos á los otros: He aquí el rey de Israel ha pagado contra nosotros á los reyes de los
Heteos, y á los reyes de los Egipcios, para que vengan contra nosotros.
7Y así se habían levantado y huído al principio de la noche, dejando sus tiendas, sus caballos, sus asnos, y el campo como se estaba; y habían huído por salvar las vidas.
8Y como los leprosos llegaron á las primeras estancias, entráronse en una tienda, y comieron y bebieron, y tomaron de allí plata, y oro, y vestidos, y fueron, y escondiéronlo: y vueltos, entraron en otra tienda, y de allí también tomaron, y fueron, y escondieron.
9Y dijéronse el uno al otro: No hacemos bien: hoy es día de buena nueva, y nosotros callamos: y si esperamos hasta la luz de la mañana, nos alcanzará la maldad. Vamos pues ahora, entremos, y demos la nueva en casa del rey.
10Y vinieron, y dieron voces á los guardas de la puerta de la ciudad, y declaráronles, diciendo: Nosotros fuimos al campo de los Siros, y he aquí que no había allí hombre, ni voz de hombre, sino caballos atados, asnos también atados, y el campo como se estaba.
11Y los porteros dieron voces, y declaráronlo dentro, en el palacio del rey.
12Y levantóse el rey de noche, y dijo á sus siervos: Yo os declararé lo que nos han hecho los Siros. Ellos saben que tenemos hambre, y hanse salido de las tiendas y escondídose en el campo, diciendo: Cuando hubieren salido de la ciudad, los tomaremos vivos, y entraremos en la ciudad.
13Entonces respondió uno de sus siervos, y dijo: Tomen ahora cinco de los caballos que han quedado en la ciudad, (porque ellos también son como toda la multitud de Israel que ha quedado en ella; también ellos son como toda la multitud de Israel que ha perecido;) y enviemos, y veamos qué hay.
14Tomaron pues dos caballos de un carro, y envió el rey tras el campo de los Siros, diciendo: Id, y ved.
15Y ellos fueron, y siguiéronlos hasta el Jordán: y he aquí, todo el camino estaba lleno de vestidos y enseres que los Siros habían arrojado con la premura. Y volvieron los mensajeros, é hiciéronlo saber al rey.
16Entonces el pueblo salió, y saquearon el campo de los Siros. Y fué vendido un seah de flor de harina por un siclo, y dos seah de cebada por un siclo,
conforme á la palabra de Jehová.
17Y el rey puso á la puerta
a aquel príncipe sobre cuya mano él se apoyaba: y atropellóle el pueblo á la entrada, y murió, conforme á lo que había dicho el varón de Dios, lo que habló
cuando el rey descendió á él.
18Aconteció pues de la manera que el varón de Dios había hablado al rey, diciendo: Dos seah de cebada por un siclo, y el seah de flor de harina será vendido por un siclo mañana á estas horas, á la puerta de Samaria.
19A lo cual aquel príncipe había respondido al varón de Dios, diciendo: Aunque Jehová hiciese ventanas en el cielo, ¿pudiera ser eso? Y él dijo: He aquí tú lo verás con tus ojos, mas no comerás de ello.
20Y vínole así; porque el pueblo le atropelló á la entrada, y murió.
81Y HABLÓ Eliseo á aquella mujer
a cuyo hijo había hecho vivir, diciendo: Levántate, vete tú y toda tu casa á vivir donde pudieres;
porque Jehová ha llamado el hambre, la cual vendrá también sobre la tierra siete años.
2Entonces la mujer se levantó, é hizo como el varón de Dios le dijo: y partióse ella con su familia, y vivió en tierra de los Filisteos siete años.
3Y como fueron pasados los siete años, la mujer volvió de la tierra de los Filisteos: después salió para clamar al rey por su casa, y por sus tierras.
4Y había el rey hablado
con Giezi, criado del varón de Dios, diciéndole: Ruégote que me cuentes todas las maravillas que ha hecho Eliseo.
5Y contando él al rey cómo había hecho vivir á un muerto, he aquí la mujer, á cuyo hijo había hecho vivir, que clamaba al rey por su casa y por sus tierras. Entonces dijo Giezi: Rey señor mío, esta es la mujer, y este es su hijo, al cual Eliseo hizo vivir.
6Y preguntando el rey á la mujer, ella se lo contó. Entonces el rey le dió un
eunuco, diciéndole: Hazle volver todas las cosas que eran suyas, y todos los frutos de la tierras desde el día que dejó el país hasta ahora.
7Eliseo se fué luego á
Damasco, y
Ben-adad rey de Siria estaba enfermo, al cual dieron aviso, diciendo: El varón de Dios ha venido aquí.
8Y el rey dijo á
Hazael:
Toma en tu mano un presente, y ve á recibir al varón de Dios, y
consulta por él á Jehová, diciendo: ¿Tengo de sanar de esta enfermedad?
9Tomó pues Hazael en su mano un presente de todos los bienes de Damasco, cuarenta camellos cargados, y saliólo á recibir: y llegó, y púsose delante de él, y dijo:
Tu hijo Ben-adad, rey de Siria, me ha enviado á ti, diciendo: ¿Tengo de sanar de esta enfermedad?
10Y Eliseo le dijo: Ve, dile: Seguramente vivirás. Empero Jehová me ha mostrado que él ha de morir ciertamente.
11Y el varón de Dios le volvió el rostro afirmadamente, y estúvose así una gran pieza; y lloró el varón de Dios.
12Entonces díjole Hazael: ¿Por qué llora mi señor? Y él respondió:
Porque sé el mal que has de hacer á los hijos de Israel: á sus fortalezas pegarás fuego, y á sus mancebos matarás á cuchillo, y
estrellarás á sus niños, y abrirás á sus preñadas.
13Y Hazael dijo: ¿Por qué?
¿es tu siervo perro, que hará esta gran cosa? Y respondió Eliseo: Jehová
me ha mostrado que tú has de ser rey de Siria.
14Y él se partió de Eliseo, y vino á su señor, el cual le dijo: ¿Qué te ha dicho Eliseo? Y él respondió: Díjome que
seguramente vivirás.
15El día siguiente tomó un paño basto, y metiólo en agua, y tendiólo sobre el rostro de Ben-adad, y murió: y reinó Hazael en su lugar.
16En el quinto año de
Joram hijo de Achâb rey de Israel, y siendo
Josaphat rey de Judá, comenzó á reinar Joram hijo de Josaphat rey de Judá.
17
De treinta y dos años era cuando comenzó á reinar, y ocho años reinó en Jerusalem.
18Y anduvo en el camino de los reyes de Israel, como hizo la casa de Achâb, porque
una hija de Achâb fué su mujer; é hizo lo malo en ojos de Jehová.
19Con todo eso, Jehová no quiso cortar á Judá, por amor de David su siervo,
como le había prometido darle
lámpara de sus hijos perpetuamente.
20En su tiempo se rebeló Edom de debajo de la mano de Judá, y
pusieron rey sobre sí.
21Joram por tanto pasó á Seir, y todos sus carros con él: y levantándose de noche hirió á los Idumeos, los cuales le habían cercado, y á los capitanes de los carros: y el pueblo huyó á
sus estancias.
22
Sustrájose no obstante Edom de bajo la mano de Judá, hasta hoy. Rebelóse además
Libna en el mismo tiempo.
23Lo demás de los hechos de Joram, y todas las cosas que hizo, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?
24Y durmió Joram con sus padres, y fué sepultado con sus padres en la
ciudad de David: y reinó en lugar suyo
Ochôzías, su hijo.
25
En el año doce de Joram hijo de Achâb rey de Israel, comenzó á reinar Ochôzías hijo de Joram rey de Judá.
26
De veintidós años era Ochôzías cuando comenzó á reinar, y reinó un año en Jerusalem. El nombre de su madre fué Athalía
hija de Omri rey de Israel.
27Y anduvo en el camino de la casa de Achâb, é hizo lo malo en ojos de Jehová, como la casa de Achâb: porque era yerno de la casa de Achâb.
28Y fué á la guerra con Joram hijo de Achâb á
Ramoth de Galaad, contra
Hazael rey de Siria; y los Siros hirieron á Joram.
29Y el
rey Joram se volvió á Jezreel, para curarse de las heridas que los Siros le hicieron delante de Ramoth, cuando peleó contra Hazael rey de Siria.
Y descendió Ochôzías hijo de Joram rey de Judá, á visitar á Joram hijo de Achâb en Jezreel, porque estaba enfermo.
91ENTONCES el profeta Eliseo llamó á uno de
los hijos de los profetas, y díjole: Ciñe tus lomos, y toma esta
alcuza de aceite en tu mano,
y ve á Ramoth de Galaad.
2Y cuando llegares allá, verás allí á Jehú hijo de Josaphat hijo de Nimsi; y entrando, haz que se levante de entre sus hermanos, y mételo en la
recámara.
3Toma luego la alcuza de aceite, y derrámala sobre su cabeza, y di: Así dijo Jehová: Yo te he ungido por rey sobre Israel. Y abriendo la puerta, echa á huir, y no esperes.
4Fué pues el mozo, el mozo del profeta, á Ramoth de Galaad.
5Y como él entró, he aquí los príncipes del ejército que estaban sentados. Y él dijo: Príncipe, una palabra tengo que decirte. Y Jehú dijo: ¿A cuál de todos nosotros? Y él dijo: A ti, príncipe.
6Y él se levantó, y entróse en casa; y el otro derramó el aceite sobre su cabeza, y díjole: Así dijo Jehová Dios de Israel: Yo te he ungido por rey sobre el pueblo de Jehová, sobre Israel.
7Y herirás la casa de Achâb tu señor, para que yo vengue la sangre de mis siervos los profetas, y la sangre de todos los siervos de Jehová,
de la mano de Jezabel.
8Y perecerá toda la casa de Achâb, y talaré
de Achâb todo meante á la pared, así al guardado como al desamparado en Israel.
9Y yo pondré la casa de Achâb como la casa
de Jeroboam hijo de Nabat, y como la casa de
Baasa hijo de Ahía.
10
Y á Jezabel comerán perros en el campo de Jezreel, y no habrá quien la sepulte. En seguida abrió la puerta, y echó á huir.
11Después salió Jehú á los siervos de su señor, y dijéronle:
¿Hay paz? ¿para qué entró á ti aquel loco? Y él les dijo: Vosotros conocéis al hombre y sus palabras.
12Y ellos dijeron: Mentira; decláranoslo ahora. Y él dijo: Así y así me habló, diciendo: Así ha dicho Jehová: Yo te he ungido por rey sobre Israel.
13Entonces
tomaron prestamente su ropa, y púsola cada uno debajo de él en un trono alto, y
tocaron corneta, y dijeron: Jehú es rey.
14Así conjuró Jehú hijo de Josaphat hijo de Nimsi, contra Joram. (Estaba
Joram guardando á Ramoth de Galaad con todo Israel, por causa de
Hazael rey de Siria.
15Habíase empero vuelto
el rey Joram á Jezreel, para curarse de las heridas que los Siros le habían hecho, peleando contra Hazael rey de Siria.) Y Jehú dijo: Si es vuestra voluntad, ninguno escape de la ciudad, para ir á dar las nuevas en Jezreel.
16Entonces Jehú cabalgó, y fuése á Jezreel, porque Joram estaba allí enfermo. También Ochôzías rey de Judá había descendido á visitar á Joram.
17Y el atalaya que estaba en la torre de Jezreel, vió la cuadrilla de Jehú, que venía, y dijo: Yo veo una cuadrilla. Y Joram dijo: Toma uno de á caballo, y envía á reconocerlos, y que les diga: ¿Hay paz?
18Fué pues el de á caballo á reconocerlos, y dijo: El rey dice así: ¿Hay paz? Y Jehú le dijo: ¿Qué tienes tú que ver con la paz? vuélvete tras mí. El atalaya dió luego aviso, diciendo: El mensajero llegó hasta ellos, y no vuelve.
19Entonces envió otro de á caballo, el cual llegando á ellos, dijo: El rey dice así: ¿Hay paz? Y Jehú respondió: ¿Qué tienes tú que ver con la paz? vuélvete tras mí.
20El atalaya volvió á decir: También éste llegó á ellos y no vuelve: mas el marchar del que viene es
como el marchar de Jehú hijo de Nimsi, porque viene impetuosamente.
21Entonces Joram dijo:
Unce. Y uncido que fué su carro, salió
Joram rey de Israel, y Ochôzías rey de Judá, cada uno en su carro, y salieron á encontrar á Jehú, al cual hallaron en la heredad de Naboth de Jezreel.
22Y en viendo Joram á Jehú, dijo: ¿Hay paz, Jehú? Y él respondió: ¿Qué paz, con las
fornicaciones de Jezabel tu madre, y sus muchas hechicerías?
23Entonces Joram volviendo la mano huyó, y dijo á Ochôzías: ¡Traición, Ochôzías!
24Mas Jehú flechó su arco, é hirió á Joram entre las espaldas, y la saeta salió por su corazón, y cayó en su carro.
25Dijo luego Jehú á Bidkar su
capitán: Tómalo y échalo á un cabo de la heredad de Naboth de Jezreel. Acuérdate que cuando tú y yo íbamos juntos con la gente de Achâb su padre,
Jehová pronunció esta
sentencia sobre él, diciendo:
26Que yo he visto ayer las sangres de Naboth, y las sangres de sus hijos, dijo Jehová; y tengo de darte la paga en esta heredad, dijo Jehová. Tómalo pues ahora, y échalo en la heredad, conforme á la palabra de Jehová.
27Y viendo esto Ochôzías rey de Judá, huyó por el camino de la casa del huerto. Y siguiólo Jehú, diciendo: Herid también á éste en el carro.
Y le hirieron á la subida de Gur, junto á Ibleam. Y él huyó á Megiddo, y murió allí.
28Y sus siervos le
llevaron en un carro á Jerusalem, y allá le sepultaron con sus padres, en su sepulcro en la ciudad de David.
29En el undécimo año de Joram hijo de Achâb, comenzó á reinar Ochôzías sobre Judá.
30Vino después Jehú á Jezreel: y como Jezabel lo oyó,
adornó sus ojos con alcohol, y atavió su cabeza, y asomóse á una ventana.
31Y como entraba Jehú por la puerta, ella dijo: ¿Sucedió bien á Zimri,
que mató á su señor?
32Alzando él entonces su rostro hacia la ventana, dijo: ¿Quién es conmigo? ¿quién? Y miraron hacia él dos ó tres
eunucos.
33Y él les dijo: Echadla abajo. Y ellos la echaron: y parte de su sangre fué salpicada en la pared, y en los caballos; y él la atropelló.
34Entró luego, y después que comió y bebió, dijo: Id ahora á ver aquella maldita,
y sepultadla; que es hija de rey.
35Empero cuando fueron para sepultarla, no hallaron de ella más que la calavera, y los pies, y las palmas de las manos.
36Y volvieron, y dijéronselo. Y él dijo: La palabra de Dios es ésta, la cual él habló por mano de su siervo Elías Thisbita, diciendo:
En la heredad de Jezreel comerán los perros las carnes de Jezabel.
37Y el cuerpo de Jezabel fué cual
estiércol sobre la faz de la tierra en la heredad de Jezreel; de manera que nadie pueda decir: Esta es Jezabel.