11DESPUÉS de la muerte de Achâb
rebelóse Moab contra Israel.
2Y Ochôzías cayó por las celosías de una sala de la casa que tenía en Samaria; y estando enfermo envió mensajeros, y díjoles: Id, y consultad á Baal-zebub dios de
Ecrón, si tengo de sanar de esta mi enfermedad.
3Entonces el ángel de Jehová habló á Elías
Thisbita, diciendo: Levántate, y sube á encontrarte con los mensajeros del rey de Samaria, y les dirás: ¿No hay Dios en Israel, que vosotros vais á consultar á Baal-zebub dios de Ecrón?
4Por tanto así ha dicho Jehová: Del lecho en que subiste no descenderás, antes morirás ciertamente. Y Elías se fué.
5Y como los mensajeros se volvieron al rey, él les dijo: ¿Por qué pues os habéis vuelto?
6Y ellos le respondieron: Encontramos un varón que nos dijo: Id, y volveos al rey que os envió, y decidle: Así ha dicho Jehová: ¿No hay Dios en Israel, que tú envías á consultar á Baal-zebub dios de Ecrón? Por tanto, del lecho en que subiste no descenderás, antes morirás de cierto.
7Entonces él les dijo: ¿Qué hábito era el de aquel varón que encontrasteis, y os dijo tales palabras?
8Y ellos le respondieron: Un varón
velloso, y ceñía sus lomos con un cinto de cuero. Entonces él dijo: Elías Thisbita es.
9Y envió luego á él un capitán de cincuenta con sus cincuenta, el cual subió á él; y he aquí que él estaba sentado en la cumbre del monte. Y él le dijo:
Varón de Dios, el rey ha dicho que desciendas.
10Y Elías respondió, y dijo al capitán de cincuenta: Si yo soy varón de Dios,
descienda fuego del cielo, y consúmate con tus cincuenta. Y descendió fuego del cielo, que lo consumió á él y á sus cincuenta.
11Volvió el rey á enviar á él otro capitán de cincuenta con sus cincuenta; y hablóle, y dijo: Varon de Dios, el rey ha dicho así: Desciende presto.
12Y respondióle Elías, y dijo: Si yo soy varón de Dios, descienda fuego del cielo, y consúmate con tus cincuenta. Y descendió
fuego del cielo, que lo consumió á él y á sus cincuenta.
13Y volvió á enviar el tercer capitán de cincuenta con sus cincuenta: y subiendo aquel tercer capitán de cincuenta, hincóse de rodillas delante de Elías, y rogóle, diciendo: Varón de Dios, ruégote que sea
de valor delante de tus ojos mi vida y la vida de estos tus cincuenta siervos.
14He aquí ha descendido fuego del cielo, y ha consumido los dos primeros capitanes de cincuenta, con sus cincuenta; sea ahora mi vida de valor delante de tus ojos.
15Entonces el ángel de Jehová dijo á Elías: Desciende con él; no hayas de él miedo. Y él se levantó, y descendió con él al rey.
16Y díjole: Así ha dicho Jehová: Pues que enviaste mensajeros á consultar á Baal-zebub dios de Ecrón, ¿no hay Dios en Israel para consultar en su palabra? No descenderás, por tanto, del lecho en que subiste, antes morirás de cierto.
17Y murió conforme á la palabra de Jehová que había hablado Elías; y reinó en su lugar
Joram, en el segundo año de Joram, hijo de Josaphat rey de Judá; porque Ochôzías no tenía hijo.
18Y lo demás de los hechos de Ochôzías, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?
21Y ACONTECIÓ que, cuando quiso Jehová alzar á Elías en un torbellino al cielo, Elías venía con
Eliseo de
Gilgal.
2Y dijo Elías á Eliseo: Quédate ahora aquí, porque Jehová me ha enviado á
Beth-el. Y Eliseo dijo:
Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré. Descendieron pues á Beth-el.
3Y saliendo á Eliseo
los hijos de los profetas que estaban en Beth-el, dijéronle: ¿Sabes cómo Jehová quitará hoy á tu señor de tu cabeza? Y él dijo: Sí, yo lo sé; callad.
4Y Elías le volvió á decir: Eliseo, quédate aquí ahora, porque Jehová me ha enviado á
Jericó. Y él dijo: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré. Vinieron pues á Jericó.
5Y llegáronse á Eliseo los hijos de los profetas que estaban en Jericó, y dijéronle: ¿Sabes cómo Jehová quitará hoy á tu señor de tu cabeza? Y él respondió: Sí, yo lo sé; callad.
6Y Elías le dijo: Ruégote que te quedes aquí, porque Jehová me ha enviado al Jordán. Y él dijo: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré. Fueron pues ambos á dos.
7Y vinieron cincuenta varones de los hijos de los profetas, y paráronse enfrente á lo lejos: y ellos dos se pararon junto al Jordán.
8Tomando entonces Elías
su manto, doblólo, é hirió las aguas, las cuales
se apartaron á uno y á otro lado, y pasaron ambos en seco.
9Y como hubieron pasado, Elías dijo á Eliseo: Pide lo que quieres que haga por ti, antes que sea quitado de contigo. Y dijo Eliseo: Ruégote que 2.9 ó, una doble porción de. Dt. 21.17.las dos partes de tu espíritu sean sobre mí.
10Y él le dijo: Cosa difícil has pedido. Si me vieres cuando fuere quitado de ti, te será así hecho; mas si no, no.
11Y aconteció que, yendo ellos hablando, he aquí,
un carro de fuego con caballos de fuego apartó á los dos: y Elías subió al cielo en un torbellino.
12Y viéndolo Eliseo, clamaba:
¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de á caballo! Y nunca más le vió, y trabando de sus vestidos, rompiólos en dos partes.
13Alzó luego el manto de Elías que se le había caído, y volvió, y paróse á la orilla del Jordán.
14Y tomando el manto de Elías que se le había caído, hirió las aguas, y dijo: ¿Dónde está Jehová, el Dios de Elías? Y así que hubo del mismo modo herido las aguas,
apartáronse á uno y á otro lado, y pasó Eliseo.
15Y viéndole los hijos de los profetas
que estaban en Jericó de la otra parte, dijeron: El espíritu de Elías reposó sobre Eliseo. Y viniéronle á recibir, é inclináronse á él hasta la tierra.
16Y dijéronle: He aquí hay con tus siervos cincuenta varones fuertes: vayan ahora y busquen á tu señor;
quizá lo ha levantado el espíritu de Jehová, y lo ha echado en algún monte ó en algún valle. Y él les dijo: No enviéis.
17Mas ellos le importunaron, hasta que avergonzándose dijo: Enviad. Entonces ellos enviaron cincuenta hombres, los cuales lo buscaron tres días, mas no lo hallaron.
18Y cuando volvieron á él, que se había quedado en Jericó, él les dijo: ¿No os dije yo que no fueseis?
19Y los hombres de la ciudad dijeron á Eliseo: He aquí, el asiento de esta ciudad es bueno, como mi señor ve; mas las aguas son malas, y la tierra enferma.
20Entonces él dijo: Traedme una botija nueva, y poned en ella sal. Y trajéronsela.
21Y saliendo él á los
manaderos de las aguas, echó dentro la sal, y dijo: Así ha dicho Jehová: Yo sané estas aguas, y no habrá más en ellas muerte ni enfermedad.
22Y fueron sanas las aguas hasta hoy, conforme á la palabra que habló Eliseo.
23Después subió de allí á Beth-el; y subiendo por el camino, salieron los muchachos de la ciudad, y se burlaban de él, diciendo: ¡Calvo, sube! ¡calvo, sube!
24Y mirando él atrás, viólos, y
maldíjolos en el nombre de Jehová. Y salieron dos osos del monte, y despedazaron de ellos cuarenta y dos muchachos.
25De allí fué al monte de Carmelo, y de allí volvió á Samaria.