41RESTA pues, hermanos, que os roguemos y exhortemos en el Señor Jesús,
que de la manera que fuisteis enseñados de nosotros de cómo os conviene andar, y agradar á Dios,
así vayáis creciendo.
2Porque ya sabéis qué mandamientos os dimos por el Señor Jesús.
3Porque
la voluntad de Dios es vuestra
santificación:
que os apartéis de fornicación;
4Que cada uno de vosotros sepa tener
su vaso en santificación y honor;
5No con afecto
de concupiscencia,
como los Gentiles que no conocen á Dios:
6Que ninguno oprima, ni engañe
en nada á su hermano: porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y protestado.
7Porque no nos ha llamado Dios
a inmundicia, sino á santificación.
8Así que, el que menosprecia, no menosprecia á hombre, sino á Dios,
el cual también nos dió su Espíritu Santo.
9Mas acerca de
la caridad fraterna
no habéis menester que os escriba: porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios
que os améis los unos á los otros;
10Y también
lo hacéis así con todos los hermanos que están por toda Macedonia. Empero os rogamos, hermanos, que abundéis más;
11Y que procuréis tener
quietud, y
hacer vuestros negocios, y
obréis de vuestras manos de la manera que os hemos mandado;
12A fin de que andéis honestamente
para con los extraños, y no necesitéis de nada.
13Tampoco, hermanos, queremos que ignoréis acerca de los que duermen, que no os entristezcáis como los otros
que no tienen esperanza.
14Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así
también traerá Dios con él á los que durmieron en Jesús.
15Por lo cual, os decimos esto en palabra del Señor: que
nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no seremos delanteros á los que durmieron.
16Porque
el mismo Señor con aclamación, con voz de
arcángel, y con
trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán
primero:
17Luego nosotros, los que vivimos, los que quedamos, juntamente con ellos seremos arrebatados
en las nubes á recibir al Señor en el aire, y así
estaremos siempre con el Señor.
18Por tanto, consolaos los unos á los otros en estas palabras.
51EMPERO acerca de
los tiempos y de los momentos,
no tenéis, hermanos, necesidad de que yo os escriba:
2Porque vosotros sabéis bien, que
el día del Señor vendrá
así como ladrón de noche,
3Que cuando dirán, Paz y seguridad, entonces
vendrá sobre ellos destrucción de repente, como los dolores á la mujer preñada; y no escaparán.
4Mas vosotros,
hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sobrecoja como ladrón;
5Porque todos vosotros
sois hijos de luz, é hijos del día; no somos de la noche, ni de las tinieblas.
6Por tanto,
no durmamos como los demás; antes
velemos y seamos sobrios.
7Porque los que duermen, de noche duermen; y
los que están borrachos, de noche están borrachos.
8Mas nosotros, que somos del día, estemos sobrios,
vestidos de cota de fe y de caridad, y la esperanza de salud por yelmo.
9Porque
no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salud por nuestro Señor Jesucristo;
10El cual
murió por nosotros, para que ó que velemos, ó que durmamos, vivamos juntamente con él.
11Por lo cual,
consolaos los unos á los otros, y edificaos los unos á los otros, así como lo hacéis.
12Y os rogamos, hermanos,
que reconozcáis á los que trabajan entre vosotros, y
os presiden en el Señor, y os amonestan:
13Y que los tengáis en mucha estima por amor de su obra.
Tened paz los unos con los otros.
14También os rogamos, hermanos, que amonestéis á los que andan desordenadamente, que consoléis á los de poco ánimo,
que soportéis á los flacos,
que seáis sufridos para con todos.
15
Mirad que ninguno dé á otro mal por mal; antes seguid lo bueno siempre los unos para con los otros, y para con todos.
16Estad siempre
gozosos.
17Orad
sin cesar.
18
Dad gracias en todo; porque esta es
la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
19No apaguéis
el Espíritu.
20No menospreciéis
las profecías.
21Examinadlo
todo; retened lo bueno.
22Apartaos de toda
especie de mal.
23Y el Dios de paz
os santifique en todo; para que vuestro
espíritu y alma y cuerpo sea guardado entero sin reprensión
para la venida de nuestro Señor Jesucristo.
24
Fiel es el que os ha llamado; el cual también lo hará.
25Hermanos,
orad por nosotros.
26Saludad á todos los hermanos en
ósculo santo.
27Conjúroos por el Señor, que
esta carta sea leída á todos los santos hermanos.
28La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros. Amén.
La primera espístola á los Tesalonicenses fué escrita de Atenas.