91Y HABÍA un varón de Benjamín, hombre valeroso, el cual se llamaba
Cis, hijo de Abiel, hijo de Seor, hijo de Bechôra, hijo de Aphia, hijo de un hombre de Benjamín.
2Y tenía él un hijo que se llamaba Saúl, mancebo y hermoso, que entre los hijos de Israel no había otro más hermoso que él;
del hombro arriba sobrepujaba á cualquiera del pueblo.
3Y habíanse perdido las asnas de Cis, padre de Saúl; por lo que dijo Cis á Saúl su hijo: Toma ahora contigo alguno de los criados, y levántate, y ve á buscar las asnas.
4Y él pasó al monte de Ephraim, y de allí á la tierra de
Salisa, y no las hallaron. Pasaron luego por la tierra de Saalim, y tampoco. Después pasaron por la tierra de Benjamín, y no las encontraron.
5Y cuando vinieron á la tierra de Suph, Saúl dijo á su criado que tenía consigo: Ven, volvámonos; porque quizá mi padre, dejado el cuidado de las asnas, estará congojado por nosotros.
6Y él le respondió: He aquí ahora hay en esta ciudad un
hombre de Dios, que es varón insigne:
todas las cosas que él dijere, sin duda vendrán. Vamos pues allá: quizá nos enseñará nuestro camino por donde hayamos de ir.
7Y Saúl respondió á su criado: Vamos ahora: ¿mas qué
llevaremos al varón? Porque el pan de nuestras alforjas se ha acabado, y no tenemos qué presentar al varón de Dios: ¿qué tenemos?
8Entonces tornó el criado á responder á Saúl, diciendo: He aquí se halla en mi mano la cuarta parte de un siclo de plata: esto daré al varón de Dios, porque nos declare nuestro camino.
9(Antiguamente en Israel cualquiera que
iba á consultar á Dios, decía así: Venid y vamos hasta el
vidente: porque el que ahora se llama profeta, antiguamente era llamado vidente).
10Dijo entonces Saúl á su criado: Bien dices; ea pues, vamos. Y fueron á la ciudad donde estaba el varón de Dios.
11Y cuando subían por la cuesta de la ciudad,
hallaron unas mozas que salían por agua, á las cuales dijeron: ¿Está en este lugar el vidente?
12Y ellas respondiéndoles, dijeron: Sí; helo aquí delante de ti: date pues priesa, porque hoy ha venido á la ciudad en atención á que el pueblo tiene hoy
sacrificio
en el alto.
13Y cuando entrareis en la ciudad, le encontraréis luego, antes que suba al alto á comer; pues el pueblo no comerá hasta que él haya venido, por cuanto él haya de bendecir el sacrificio, y después comerán los convidados.
Subid pues ahora, porque ahora le hallaréis.
14Ellos entonces subieron á la ciudad; y cuando en medio de la ciudad estuvieron, he aquí Samuel que delante de ellos salía para subir al alto.
15Y un día antes que Saúl viniese,
Jehová había revelado al oído de Samuel, diciendo:
16Mañana á esta misma hora yo enviaré á ti un varón de la tierra de Benjamín,
al cual ungirás por príncipe sobre mi pueblo Israel, y salvará mi pueblo de mano de los Filisteos: pues yo he
mirado á mi pueblo, porque su clamor ha llegado hasta mí.
17Y luego que Samuel vió á Saúl, Jehová le dijo:
He aquí éste es el varón del cual te hablé; éste señoreará á mi pueblo.
18Y llegando Saúl á Samuel en medio de la puerta, díjole: Ruégote que me enseñes dónde está la casa del vidente.
19Y Samuel respondió á Saúl, y dijo: Yo soy el vidente: sube delante de mí al alto, y comed hoy conmigo, y por la mañana te despacharé, y te descubriré todo lo que está en tu corazón.
20
Y de las asnas que se te perdieron hoy ha tres días, pierde cuidado de ellas, porque se han hallado. Mas ¿por quién es todo el deseo de Israel, sino por ti y por toda la casa de tu padre?
21Y Saúl respondió, y dijo: ¿No soy yo hijo de Benjamín, de las más
pequeñas tribus de Israel? y
mi familia ¿no es la más pequeña de todas las familias de la tribu de Benjamín? ¿por qué pues me has dicho cosa semejante?
22Y trabando Samuel de Saúl y de su criado, metiólos en la sala, y dióles lugar á la cabecera de los convidados, que eran como unos treinta hombres.
23Y dijo Samuel al cocinero: Trae acá la porción que te dí, la cual te dije que guardases aparte.
24Entonces alzó el cocinero una
espaldilla, con lo que estaba sobre ella, y púsola delante de Saúl. Y Samuel dijo: He aquí lo que estaba reservado: ponlo delante de ti, y come; porque de industria se guardó para ti, cuando dije: Yo he convidado al pueblo. Y Saúl comió aquel día con Samuel.
25Y cuando hubieron descendido del alto á la ciudad, él habló con Saúl
en el terrado.
26Y al otro día madrugaron: y como al apuntar del alba, Samuel llamó á Saúl, que estaba en el terrado; y dijo: Levántate, para que te despache. Levantóse luego Saúl, y salieron fuera ambos, él y Samuel.
27Y descendiendo ellos al cabo de la ciudad, dijo Samuel á Saúl: Di al mozo que vaya delante, (y adelantóse el mozo); mas espera tú
un poco para que te declare palabra de Dios.
101TOMANDO
entonces Samuel una ampolla de aceite, derramóla sobre su cabeza, y besólo, y díjole: ¿No te ha ungido Jehová por capitán sobre su
heredad?
2Hoy, después que te hayas apartado de mí, hallarás dos hombres junto al
sepulcro de Rachêl, en el término de Benjamín, en Selsah, los cuales te dirán: Las asnas que habías ido á buscar, se han hallado; tu padre pues ha dejado ya el negocio de las asnas, si bien está
angustioso por vosotros, diciendo: ¿Qué haré acerca de mi hijo?
3Y como de allí te fueres más adelante, y llegares á la campiña de Tabor, te saldrán al encuentro tres hombres que suben á Dios en Beth-el, llevando el uno tres cabritos, y el otro tres tortas de pan, y el tercero una vasija de vino:
4Los cuales, luego que te hayan saludado, te darán dos panes, los que tomarás de manos de ellos.
5De allí vendrás
al collado de Dios
donde está la guarnición de los Filisteos; y cuando entrares allá en la ciudad encontrarás una compañía de profetas que descienden
del alto, y delante de ellos salterio, y adufe, y flauta, y arpa, y
ellos profetizando:
6
Y el espíritu de Jehová te arrebatará, y
profetizarás con ellos, y serás mudado en otro hombre.
7Y cuando te hubieren sobrevenido estas señales, haz lo que te viniere á la mano, porque Dios es contigo.
8Y bajarás delante de mí
a Gilgal; y luego descenderé yo á ti para sacrificar holocaustos, é inmolar víctimas pacíficas. Espera
siete días, hasta que yo venga á ti, y te enseñe lo que has de hacer.
9Y fué que así como tornó él su hombro para partirse de Samuel, mudóle Dios su corazón; y todas estas señales acaecieron en aquel día.
10Y
cuando llegaron allá al collado, he aquí la
compañía de los profetas que venía á encontrarse con él, y el espíritu de Dios lo arrebató, y profetizó entre ellos.
11Y aconteció que, cuando todos los que le conocían de ayer y de antes, vieron como profetizaba con los profetas, el pueblo decía el uno al otro: ¿Qué ha sucedido al hijo de Cis?
¿Saúl también entre los profetas?
12Y alguno de allí respondió, y dijo: ¿Y
quién es el padre de ellos? Por esta causa se tornó en proverbio: ¿También Saúl entre los profetas?
13Y cesó de profetizar, y llegó al alto.
14Y un
tío de Saúl dijo á él y á su criado: ¿Dónde fuisteis? Y él respondió: A buscar las asnas; y como vimos que no parecían, fuimos á Samuel.
15Y dijo el tío de Saúl: Yo te ruego me declares qué os dijo Samuel.
16Y Saúl respondió á su tío: Declarónos expresamente que las
asnas habían parecido. Mas del negocio del reino, de que Samuel le había hablado, no le descubrió nada.
17Y Samuel convocó el
pueblo á Jehová en
Mizpa;
18Y dijo á los hijos de Israel: Así ha dicho Jehová el Dios de Israel: Yo saqué á Israel de Egipto, y os libré de mano de los Egipcios, y de mano de todos los reinos que os afligieron:
19
Mas vosotros habéis desechado hoy á vuestro Dios, que os guarda de todas vuestras aflicciones y angustias, y dijisteis: No, sino pon rey sobre nosotros. Ahora pues,
poneos delante de Jehová por vuestras tribus y por vuestros millares.
20Y
haciendo allegar Samuel todas las tribus de Israel, fué tomada la tribu de Benjamín.
21E hizo llegar la tribu de Benjamín por sus linajes, y fué tomada la familia de Matri; y de ella fué tomado Saúl hijo de Cis. Y le buscaron, mas no fué hallado.
22
Preguntaron pues otra vez á Jehová, si había aún de venir allí aquel varón. Y respondió Jehová: He aquí que él está escondido entre el bagaje.
23Entonces corrieron, y tomáronlo de allí, y puesto en medio del pueblo,
desde el hombro arriba era más alto que todo el pueblo.
24Y Samuel dijo á todo el pueblo:
¿Habéis visto al que ha elegido Jehová, que no hay semejante á él en todo el pueblo? Entonces el pueblo clamó con alegría, diciendo:
Viva el rey.
25Samuel recitó luego al pueblo el
derecho del reino, y escribiólo en un libro, el cual guardó delante de Jehová.
26Y envió Samuel á todo el pueblo cada uno á su casa. Y Saúl también se fué á su casa en
Gabaa, y fueron con él el ejército, el corazón de los cuales Dios había tocado.
27
Pero los
impíos dijeron: ¿Cómo nos ha de salvar éste? Y tuviéronle en poco,
y no le trajeron presente: mas él disimuló.
111Y SUBIÓ Naas
Ammonita, y asentó campo contra
Jabes de Galaad. Y todos los de Jabes dijeron á Naas: Haz alianza con nosotros, y te serviremos.
2Y Naas Ammonita les respondió: Con esta condición haré alianza con vosotros, que á cada uno de todos vosotros
saque el ojo derecho, y ponga esta afrenta sobre todo Israel.
3Entonces los ancianos de Jabes le dijeron: Danos siete días, para que enviemos mensajeros á todos los términos de Israel; y si nadie hubiere que nos defienda, saldremos á ti.
4Y llegando los mensajeros
a Gabaa de Saúl, dijeron estas palabras en oídos del pueblo;
y todo el pueblo lloró á voz en grito.
5Y he aquí Saúl que venía del campo, tras los bueyes; y dijo Saúl: ¿Qué tiene el pueblo, que lloran? Y contáronle las palabras de los hombres de Jabes.
6
Y el espíritu de Dios arrebató á Saúl en oyendo estas palabras, y encendióse en ira en gran manera.
7Y tomando un par de bueyes,
cortólos en piezas, y enviólas por todos los términos de Israel por mano de mensajeros, diciendo:
Cualquiera que no saliere en pos de Saúl y en pos de Samuel, así será hecho á sus bueyes. Y cayó temor de Jehová sobre el pueblo, y salieron como un solo hombre.
8Y contólos en
Bezec;
y fueron los hijos
de Israel trescientos mil, y treinta mil los hombres de Judá.
9Y respondieron á los mensajeros que habían venido: Así diréis á los de Jabes de Galaad: Mañana en calentando el sol, tendréis salvamento. Y vinieron los mensajeros, y declaráronlo á los de Jabes, los cuales se holgaron.
10Y los de Jabes dijeron: Mañana saldremos á vosotros, para que hagáis con nosotros todo lo que bien os pareciere.
11Y el día siguiente dispuso Saúl el pueblo
en tres escuadrones, y entraron en medio del real á la
vela de la mañana, é hirieron á los Ammonitas hasta que el día calentaba: y los que quedaron fueron dispersos, tal que no quedaron dos de ellos juntos.
12El pueblo entonces dijo á Samuel:
¿Quiénes son lo que decían: Reinará Saúl sobre nosotros? Dad nos esos hombres, y los mataremos.
13Y Saúl dijo:
No morirá hoy ninguno,
porque hoy ha obrado Jehová salud en Israel.
14Mas Samuel dijo al pueblo: Venid, vamos á
Gilgal para que renovemos allí el reino.
15Y fué todo el pueblo á Gilgal, é invistieron allí á Saúl por rey
delante de Jehová en Gilgal.
Y sacrificaron allí víctimas pacíficas delante de Jehová; y alegráronse mucho allí Saúl y todos los de Israel.