11PABLO,
llamado á ser apóstol de Jesucristo
por la voluntad de Dios, y
Sóstenes el hermano,
2A la iglesia de Dios que está en
Corinto, santificados en Cristo Jesús,
llamados
santos, y á todos los que invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo en cualquier lugar, Señor de ellos y nuestro:
3Gracia y paz de Dios
nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
4Gracias doy á mi Dios
siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os es dada en Cristo Jesús;
5Que en todas las cosas sois enriquecidos en él,
en toda lengua y en toda
ciencia;
6Así como
el testimonio de Cristo ha sido confirmado en vosotros:
7De tal manera que nada os falte en ningún don,
esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo:
8El cual también
os confirmará hasta el fin, para que seáis sin falta
en el día de nuestro Señor Jesucristo.
9
Fiel es Dios, por el cual sois llamados á la
participación de su Hijo Jesucristo nuestro Señor.
10Os ruego pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos
una misma cosa, y que no haya entre vosotros disensiones, antes seáis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.
11Porque me ha sido declarado de vosotros, hermanos míos, por los que son de Cloé, que hay entre vosotros contiendas;
12Quiero decir, que
cada uno de vosotros dice: Yo cierto soy de Pablo; pues yo de
Apolos; y yo de
Cefas; y yo de Cristo.
13¿Está dividido Cristo?
¿Fué crucificado Pablo por vosotros? ¿ó habéis sido
bautizados en el nombre de Pablo?
14Doy gracias á Dios, que
a ninguno de vosotros he bautizado, sino
a Crispo y á
Gayo;
15Para que ninguno diga que habéis sido bautizados en mi nombre.
16Y también bauticé la familia de
Estéfanas: mas no sé si he bautizado algún otro.
17Porque no me envió Cristo á bautizar, sino á predicar el evangelio:
no en sabiduría de palabras, porque no sea hecha vana la cruz de Cristo.
18Porque la palabra de la cruz es locura á
los que se pierden; mas á
los que se salvan, es á saber, á nosotros,
es potencia de Dios.
19Porque está escrito:
Destruiré la sabiduría de los sabios,
Y desecharé la inteligencia de los entendidos.
20¿Qué es del sabio? ¿qué del escriba? ¿qué del escudriñador
de este siglo? ¿no ha
enloquecido Dios la sabiduría del mundo?
21Porque por no haber el mundo conocido en la sabiduría de Dios á Dios por sabiduría, agradó á Dios salvar á los creyentes por la locura de la predicación.
22Porque
los Judíos piden señales, y los Griegos buscan sabiduría:
23Mas
nosotros predicamos á Cristo crucificado, á los Judíos ciertamente
tropezadero, y á los Gentiles locura;
24Empero á los llamados, así Judíos como Griegos, Cristo
potencia de Dios, y
sabiduría de Dios.
25Porque lo loco de Dios es más sabio que los hombres; y lo flaco de Dios es más fuerte que los hombres.
26Porque mirad, hermanos, vuestra
vocación, que
no sois muchos sabios según la carne, no muchos poderosos, no muchos nobles;
27Antes
lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar á los sabios; y lo flaco del mundo escogió Dios, para avergonzar lo fuerte;
28Y lo vil del mundo y lo menos preciado escogió Dios, y
lo que no es,
para deshacer lo que es:
29Para que ninguna
carne se jacte en su presencia.
30Mas de él sois vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios
sabiduría, y
justificación, y
santificación,
y redención:
31Para que, como está escrito:
El que se gloría, gloríese en el Señor.
21ASÍ que, hermanos, cuando fuí á vosotros,
no fuí con altivez de palabra, ó de sabiduría, á anunciaros
el testimonio de Cristo.
2Porque no me propuse saber algo entre vosotros,
sino á Jesucristo, y á éste crucificado.
3Y estuve yo con vosotros
con flaqueza, y mucho temor y temblor;
4Y ni mi palabra ni mi predicación fué con palabras persuasivas de humana sabiduría, mas
con demostración del Espíritu y de poder;
5Para que vuestra fe no esté fundada en sabiduría de hombres, mas
en poder de Dios.
6Empero hablamos sabiduría de Dios
entre perfectos; y sabiduría, no
de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que se deshacen:
7Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta,
la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria:
8
La que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque
si la hubieran conocido, nunca hubieran crucificado al
Señor de gloria:
9Antes, como está escrito:
Cosas que ojo no vió, ni oreja oyó,
Ni han subido en corazón de hombre, Son
las que ha Dios
preparado para aquellos que le aman.
10Empero
Dios nos lo reveló á nosotros por el Espíritu: porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.
11Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino
el Espíritu de Dios.
12Y
nosotros hemos recibido, no el espíritu del mundo, sino el Espíritu que es de Dios, para que conozcamos lo que Dios nos ha dado;
13Lo cual también hablamos,
no con doctas palabras de humana sabiduría, mas con doctrina del Espíritu,
acomodando lo espiritual á lo espiritual.
14Mas el
hombre animal no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios,
porque le son locura: y
no las puede entender, porque se han de examinar espiritualmente.
15Empero el espiritual juzga todas las cosas; mas él no es juzgado de nadie.
16Porque
¿quién conoció la mente del Señor? ¿quién le instruyó? Mas
nosotros tenemos la mente de Cristo.